Transformaciones en la estructura de la T.V. chilena

24 3. Del modelo televisivo de servicio público hacia el modelo comercial-privado. Repetido estudios sobre la relación entre programación televisi_ va y tipo de financiamiento señalan que la mayor dependencia de la publicidad determina una programación con énfasis en la di - versión. Un estudio realizado para UNESCO por profesores de la Stanford University señalaba que !;en las estaciones comerciales de T V S los espectáculos de variedades constituyen el 80% de la programación" (52). Más recientemente» un estudio comparativo sobre la programación y recepción de TV en 7 países (Bélgica, Bulgaria, Canadá, Francia, Hungría, Italia y Japón) concluye que "los países en los que los programas de diversión ocupan el lu­ gar más importante son aquellos en que la publicidad ocupa más espacio ( Japón y Canadá )". En este mismo estudio, Japón apa­ rece como el país cuya programación televisiva comercial dedica menos tiempo a la información y Canadá exhibe la programación co mercial que menos espacio dedica a la educación y cultura (53). De acuerdo a los datos comparativos de ese estudio de UNESCO, el modelo comercial-privado de TV se caracteriza porque -hace un gran espacio a las emisiones de diversión (65-75 % )• la infor­ mación ocupa un puesto bastante importante, pero en general in­ ferior al que ocupa ss estatales la cultura está muy poco representada" (54). Los datos recogidos por UNESCO en esos 7 países relativos al tiempo de emisión programática permiten construir un modelo de la programación en las Redes de servicio público y en las re - des comerciales privadas. Este modelo considera la programa - ción en torno a 3 variables: información, diversión y cultura ( junto a la educación ). La programación estudiada'es la que se exhibe entre 18-24 horas, es decir, las horas de mayor audiencia. Los datos provienen de la programación de 10 Redes (52) UNESCO, "La transmisión transcultural" op. cit.', pág. 12. (53) UNESCO, "Trois semaines de television" op.cit. págs. 15 - 17. (54) Ibidem, pág. 22.