Aluviones y resiliencia en Atacama : construyendo saberes sobre riesgos y desastres

Aluviones y resiliencia de Atacama. Construyendo saberes sobre riesgos y desastres 238 personas que perdieron todo tras el desastre, generando una gran incertidumbre sobre lo que pasaría con su vidas, situación que originó un sentimiento de vulnerabilidad a nivel individual y familiar y un duelo colectivo cultural, manifestándose a través de sentimientos de culpa por abandonar su sector, su cultura y tierra, lo que sin duda es un sufrimiento comunitario, ya que los territorios se convierten en las “patrias” de las personas que allí nacieron, viven y mueren (Ei- senbruch, 1990). Son lugares de afectos y nostalgia por lo que fue, y también de sueños y utopías. En un segundo apartado se describe la investigación realizada en torno al desplazamien- to forzado de familias de Copiapó debido al aluvión. El objetivo se centró en comprender este proceso a partir de la experiencia de diez familias desplazadas dentro de la III y IV región, que al momento de las entrevistas permanecían residiendo en la ciudad de acogida. Se utilizó como técnica de recolección de datos la entrevista semi-estructurada y el análisis de discurso para el planteamiento de resultados. Entre los motivos de desplazamiento destacaron la inhabitabili- dad de la vivienda a causa del barro, servicios básicos y comerciales escasos, contaminación am- biental, problemas sanitarios y suspensión prolongada de clases. Entre los principales hallazgos se identificó un desplazamiento hacia las ciudades en función de las redes de apoyo preexisten- tes y un cambio de rol experimentado por la mayoría de las mujeres en el nuevo contexto. 1. Introducción Es sabido que los desastres socionaturales tienen un origen antropocéntrico, es decir, se generan por la mezcla de factores naturales y sociales. Es la intervención humana la que marca la diferencia entre un evento natural extraordinario y un desastre natural que genera una catástrofe social. Una intervención que no sólo se sitúa desde la respuesta al evento sino también desde las acciones u omisiones previas al mismo. El aluvión del 25 de marzo de 2015 (25M) en Atacama generó un contexto de incertidumbre en todos los ámbitos de la vida y con ello impactos sociales en la población, visibilizando la vul- nerabilidad que está latente y se manifiesta con fuerza ante situaciones críticas e inesperadas. Cuando hablamos de vulnerabilidad, hacemos referencia a un concepto entendido desde distintos autores como aquella inestabilidad, inseguridad frente a un medioambiente cambian- te. Representa la disminución de las personas y colectividades humanas en su capacidad para anticiparse, enfrentar y sobreponerse a los efectos de un peligro natural o causado por la activi- dad humana. Así entonces la vulnerabilidad social ante desastres está interferida por múltiples factores asociados tanto al desastre natural (naturaleza, magnitud, duración) como a las carac- terísticas del territorio y las comunidades que afectan su economía, disponibilidad de recursos, organización y participación social, capacidad política e institucional, entre otras. Existe una directa asociación entre vulnerabilidad y desigualdad. Nuestra vulnerabilidad como territorio, como población, como comunidades, como personas, dependerá de la estructu- ra de oportunidades a las que se pueda acceder y esta estructura de oportunidades dependerá, a su vez, de nuestro sexo, lugar de nacimiento, clase social, capacidad para participar en el merca- do (recursos económicos), entre otras. En un contexto cultural, económico y social que exacerba desigualdades, las mujeres se han convertido en sujetas sociales y actoras relevantes en las comunidades que integran. Junto a ello, han debido soportar procesos complejos de transformación de la vida cotidiana, tales como el desplazamiento forzado, asociado a la catástrofe. En un contexto actual, predeterminado por patrones culturales y económicos tradiciona-

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