Aluviones y resiliencia en Atacama : construyendo saberes sobre riesgos y desastres

Aluviones y resiliencia de Atacama. Construyendo saberes sobre riesgos y desastres 204 estudiados están la dieta, el tabaco, y la contaminación ambiental, entre otros. La relación en- tre contaminación del aire y mayor incidencia de asma es biológicamente plausible (Gowers et al., 2012) y se han propuesto una serie de mecanismos para explicar cómo la contaminación del aire puede contribuir a casos nuevos de asma (Gowers et al., 2012). Otro aspecto bastante estudiado es el efecto de los contaminantes del aire sobre la fun- ción pulmonar de los niños y las niñas. Vivir en áreas con alta contaminación atmosférica se ha asociado tanto con caídas de la función pulmonar como con un menor crecimiento de ésta. Como se ha mencionado, la población infantil es especialmente susceptible, y se ha demostra- do que quienes pasan largo tiempo al aire libre son los que presentan mayores efectos tanto a corto como largo plazo debido a exposiciones a MP y NO2 (Gauderman et al., 2015; Gehring et al., 2013; Li et al., 2012; Ubilla & Yohannessen, 2017). Por otro lado, también se ha encontrado que la exposición materna a la contaminación se ha asociado de manera consistente con dé- ficits en la función pulmonar en la infancia (Goldizen, Sly, & Knibbs, 2016; Morales et al., 2015). 3. Contaminación asociada a la actividad minera Los contaminantes asociados a la actividad minera son en su mayoría metales pesados, los que además de tener un fuerte impacto en la salud pública, también generan un fuerte impacto en todo el ecosistema (agua, aire, suelo, biota). En los últimos años se ha demostrado que los desechos de las faenas mineras generan un violento daño ambiental en el ecosistema circundante, daño que muchas veces llega a ser irreparable (Csavina et al., 2011; Koski, 2012; Moreno et al., 2010; Qu et al., 2012; Ramirez, Massolo, Frache, & Correa, 2005; Voulvoulis, Skolout, Oates,& Plant, 2013;Warhurst, 1999). Como la actividadminera genera una producción a gran escala, con pocas regulaciones y con altos niveles de contaminantes, el impacto en el medioambiente posterior a estas faenas es prolongado en el tiempo por muchos años. Los metales pesados tales como plomo (Pb), cinc (Zn), cadmio (Cd), mercurio (Hg), y el cromo (Cr) son emitidos al medio ambiente en grandes cantidades y en todas las matrices; al agua por medio del riego de aguas residuales; al suelo mediante la disposición de residuos sólidos y por los lodos residuales de las faenas, y al aire por medio de los procesos de combustión y por las emisiones vehiculares al interior de la mina (Csavina et al., 2012; Csavina et al., 2011; Horton, Mortensen, Iossifova, Wald, & Burgess, 2013). De esta manera la permanencia y la infiltración de los metales pesados en los sustratos ambientales genera un daño a escala local, poblacional, regional y muchas veces global (Jarup, 2003; M. C. Jung, 2008; Lagos & Velasco, 1999; Qu et al., 2012). Varios componentes de MP, como metales de transición tales como el Fe, Cu, Ni y Cr son capaces de producir severa toxicidad sobre los tejidos expuestos (Aust et al., 2002; Gavett, Haykal-Coates, Copeland, Heinrich, & Gilmour, 2003; Okeson, Riley, Fernandez, &Wendt, 2003). Existen muchos estudios que han evaluado los efectos producidos por la exposición a metales pesados en la salud de la población a través de distintas vías de exposición (aire, agua, suelo, alimentos, etc.) y que han reportado una variedad de efectos tóxicos en la salud así como efec- tos carcinogénicos, mutagénicos y teratogénicos (MacIntosh, Spengler, Ozkaynak,Tsai, & Ryan, 1996; Qu et al., 2012). El estudio realizado por Qu et al., (2012) demostró que la exposición a me- tales pesados en villas cercanas o circundantes a faenas mineras representaba un alto riesgo para la población, y que la distancia existente entre la faena minera y las poblaciones podía ser una barrera de protección dependiendo de cuán lejos o cerca estaban. Además, concluyó que

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