Coloquio democracia y participación universitaria

Senado Universitario [ 53 ] el asunto se vuelve aún más complejo, toda vez que incluso se pone en cues- tión su propia aplicación. La comunidad que es la universidad o que queremos que sea y la comunidad política que es la sociedad, son de naturaleza y de constitución jurídicas muy diversa; una jerárquica, la otra igualitaria, aunque esto también será tema del debate. En la universidad no resulta aceptable negar la hegemonía académica sin ne- gar el propósito central de esa institución. Por lo mismo, se reconoce la par- ticipación ponderada pero, con todo, cuáles son sus modalidades y alcances. Y por el momento, ¿basta con esta atribución cuantitativa, con la participa- ción ponderada? Yo creo que no. Que tenemos pendiente una reflexión pro- funda sobre la idea misma de las prácticas de participación en la conforma- ción de una comunidad universitaria libre. Este próximo año 2012, particularmente después del año que hemos vivido y frente a la incertidumbre de la Ley General que regulará y pondrá el marco amplio para la configuración de los estatutos de las universidades, el debate conceptual es fundamental. Tendremos que debatir qué significa de fondo democracia, participación y triestamentalidad. Con la expresión triestamentalidad tenemos un nombre, pero nos falta el concepto. Un concepto que renace pero que en los años 60’ y 70’ se frustró y no alcanzó su desarrollo. Fue una práctica abortada. ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de una práctica triestamental más allá de las cuotas ponderadas en la participación de elección y decisio- nes? Pensamos, a fondo, en la construcción de una comunidad universitaria.

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