Coloquio democracia y participación universitaria

Senado Universitario [ 109 ] (el Gran Canciller) que era nombrado directamente por el vaticano, el cual, a su vez, nombraba al Rector. En el período que analizamos, ambos puestos eran ocupados por la misma persona (Mons. Alfredo Silva) y el organismo de dirección superior que le seguía en la estructura, el Consejo Superior, era sólo un órgano consultivo y asesor. Los puestos u organismos que seguían hacia abajo eran todos designados por el rector, incluyendo muchas veces los docentes que eran integrados como catedráticos. Un segundo elemento que configuraba la alta concentración del poder en la época previa a la reforma eran las relaciones de poder que imperaban. El hecho de que las cátedras fueran realizadas por académicos elegidos direc- tamente por el rector o decano o la existencia de una estructura curricular rígida configuraba un espacio donde se reforzaba el poder individual de los profesores, así como la verticalidad en las relaciones. La iglesia, por otra par- te, se configuraba como una autoridad política (legitimada solamente por su posición por sobre el resto en la estructura de poder) que procuraba resguar- daba los intereses de la iglesia en la institución. En resumen, el poder se hallaba en la cúspide de la pirámide, con una autori- dad estilo monárquico, con alta concentración del poder y un fuerte rol de la iglesia en su conducción. Lo que vino a suceder en 1967, que a ratos se asimila a lo que hoy sucede en nuestro país, comenzó también por el movimiento estudiantil que tuvo como bandera el co-gobierno universitario. De allí que la discusión llevara a refor- mular el sistema de gobierno apuntando a tener mayor sintonía con el país y a formar un estilo de gobierno menos jerárquico. El cambio sustancial de esta época tiene que ver nuevamente con los cambios en los tipos de autoridad existentes y las nuevas relaciones de poder que se configuran. Estas nuevas relaciones de poder se configuran a partir de una transformación del queha- cer académico (menos centrado en las cátedras, más centrado en los semina- rios y la estructura departamental) y un consecuente surgimiento de formas colegiales en los niveles más bajos de la institución y una multiplicación de los organismos que tomaban las decisiones. Surgen, al mismo tiempo, nuevos tipos de autoridades (como lo fue el primer rector elegido por la comunidad universitaria, Fernando Castillo Velasco) y órganos colegiados superiores con menos atribuciones. De un órgano meramente consultivo como lo era en la etapa anterior, se pasa a un órgano legislativo con integración de nue- vos miembros. Se crea también el Claustro Universitario, de representación proporcional de todos los miembros, con la función de orientar y elegir a las máximas autoridades de la universidad. Así visto, este período se caracteriza por un desplazamiento del poder, una desconcentración del poder y un desarrollo de nuevas formas de autoridad, dejando casi de lado las autoridades del tipo personalistas, que vienen a ser reemplazadas por cuerpos colegiados o por sistemas democráticos. La Iglesia, además, deja de ser un actor político externo a pasa a ser, más bien, parte integrante de la vida universitaria. Pero este modelo tuvo su rápido contrapeso luego del golpe de estado de 1973. La intervención brutal de las universidades tuvo como uno de sus objetivos la demolición de todo atisbo democrático en el gobierno universitario. Podría- mos llamarla, en pocas palabras, la época de la depuración y jerarquización. El nuevo modelo de gobierno intentó (con éxito) centralizar nuevamente el poder en la figura del rector, restableciendo una clara ordenación jerárquica. Y como el poder se centralizó, todo lo que antes había ganado poder, lo per- 1 Las negrillas son del autor. 2 Hacer distin- ción de ambas.

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