Texto y censura: las novelas de Enrique Linh

31 Punta de Lagartos (que nadie oyó) v la detención en el hotel Cosmos del escritor Juan Meka, ante la mirada aterradas de sus compañeros de ruta (en uno de los capítulos finales del libro). La descripción de Miranda ejemplifica muy bien refranes ta­ les como "no saber dónde estar parado" o "navegar entre dos aguas". Por eso, don Gerardo se quejará continuamente: "Pe­ ro en fin, ¿dónde diablos está exactamente Miranda?"(p .26); "Paciencia. Saber exactamente dónde está parado uno, es un lujo del conocimiento a veces incompatible con la acción" (p. 32) . La escena en la cual Pompier habla en un anfiteatro en medio de una lluvia -torrencial, con un micrófono descompuesto y ante un auditorio en fuga, realiza patéticamente "la prédi­ ca en el desierto". Finalmente, la representación de la golpiza que reciben Meka y Negrus (a manos de la policía secreta a pièna luz del día en los comedores del Cosmos) no copia una situación real("na turai"), sino que ilustra (despliega en imágenes visuales) refranes lingüísticos tales como "estar cagado y meado de miedo", "sacarle la mierda a alguien", etc. El narrador, desde un solidario nosotros, cuenta así el incidente: De pronto, opalescente como una medusa,(Negras)dejó de apoyarse con los brazos ciliados al borde de la mesa y desapareció boqueando en la superficie, como para disgregarse en el fondo de la colonia... Los desconcertados buceadores {los policías} deposita­ ron generosamente los cuerpos sobre la mesa, enci­ ma del pan y el vino, bajo la mirada furibunda de don Gerardo, el pulpo de seda; al desvanecido que se dejaba hacer y al escurridizo que golpearon contra el mesón antes de que se les escapara de en tre los puños untados de sangre y materias feca - les (305-306).

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