En clave adolescente

EN CLAVE ADOLESCENTE ••• REFERENTES, PRÁCTICAS Y HÁBITOS DE CONSUMO AUDIOVISUAL SEGUNDA PARTE. Desafíos para la educación mediática de los adolescentes ••• 115 Viene a cuento, en relación con las pantallas como espejo, como expresión de lo que somos o de lo que quisiéramos ser, el Cuento casi sufí que escribió el cineasta y escritor Gonzalo Suárez (Obligado, 2001: 125). Un cuento casi sufí Recogí a un vagabundo en la carretera. Me arrepentí enseguida. Olía mal. Sus harapos ensuciaron la tapicería de mi coche. Pero Dios premió mi acto de caridad y convirtió al vagabundo en una bella princesa. Ella y yo pasamos la noche en un motel. Al amanecer, me desperté en brazos del maloliente vagabundo. Y comprendí que Dios nos premia con los sueños y nos castiga con la realidad. Por favor, sea breve Gonzalo Suárez Los personajes de las pantallas activan mecanismos de identificación. Hacemos nuestros los sentimientos de un personaje, real o de ficción, solo cuando lo percibimos, de manera consciente o inconsciente, como un reflejo de nuestro yo real o de nuestro yo ideal. Por otro lado, los personajes de las pantallas activan en nosotros sentimientos de proyección. Volcamos sobre ellos sentimientos de todo tipo: de deseo, de envidia, de rabia, de ira…, en función de ellos y, sobre todo, en función de nosotros mismos. En todos estos casos, puede dar la impresión de que nos evadimos, de que huimos de nosotros mismos. En realidad, si nos interesan es porque nos permiten encontrarnos a nosotros mismos, porque nos reflejan en lo que somos o en lo que no somos, en lo que quisiéramos ser o en lo que no quisiéramos ser. En definitiva, son un reflejo de nuestro yo más o menos consciente u oculto. Solo haciendo consciente lo que es inconsciente (LeDoux, 1999) hacemos frente a uno de los grandes desafíos de la educación mediática: el de conocernos y, sobre todo, el de aprender a manejarnos. En palabras de Carl Jung (1957), hasta que no conviertas en consciente el inconsciente, este seguirá dirigiendo tu vida y tú le llamarás destino . Las pantallas como espejo son para el educador una herramienta valiosa tanto en lo personal como en lo social. Son una oportunidad para que cada persona se conozca más y mejor a sí misma y al mismo tiempo una oportunidad para comprenderse como colectivo perteneciente a un determinado contexto social e histórico. El análisis de los referentes más populares de una generación permite hacer una radiografía de esa generación. Y, a partir de la radiografía, un diagnóstico y una propuesta de tratamiento.

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