Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau

111 CONTINUACION Y FIN 15.-Me excuso por haber insistido much0 , en este ensayo de discernimiento del espíritu d'! Descartes, sobre el tratado de los Angeles . Ha- bía que demostrar que la palabra de angelismo no es más o menos pintoresca, sino qu~ designa el carácter propio, en el orden metafísico, de la reforma cartesiana; y que entre.el Conocimien · to humano, según Descartes, y el Conocimien- to angélico se pueden descubrir, y numerosas, las analogías más nítidas y más precisas . Cuando dilucidaba, en una de las más ~s- pléndidas partes de la Suma -en aquella mis- ma de la cual el filósofo del cogito se burlaba pesadamente ante el joven Burma n , creyéndose en esto espiritual, y no acusando así, para no hablar su lenguaje, sino su propia inepcia en la materia-, cuando dilucidaba, como metafísico que sabe lo que es el pensamiento, , las propie- dades de los espíritus puros, el Doctor Angéli- co no nos introducía solamente en la mejor fi -

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