Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau

TRES ,REFORMADORES 1 JI aamicnto humano desde Descartes rehuse ser medido por el objeto, y someterse a las necesi- dades inteligib!es. Libertad con respecto del ob- jeto, es la madre y la nodriza de todas las liber- tades m0dernas, es la más hermosa conquista del Progreso, que nos ha.ce , para no ser medi- dos por nada, igualmente sometidos a cualquie- ra cosa. Libertad intelectual que Chesterton comparaba a la del nabo, lo que es todavía ca- lumniar al nabo, y que no es propiamente la de la materia primera. Así la reforma cartesiana no está solamente en el origen del torrente de ilusiones y de fábu- las que las pretendidas claridades inmediatas han lanzado sobre nosotros desde hace dos si- glos y medio; ella es responsable, en su mayor parte, de la inmensa futileza del mundo moder- no, y de esta extraña condición en que vemos hoy día a la humanidad, tan poderosa aobt:e la materia, tan lista y sagaz para dominar el uni- verso físico, como débil y desorientada ante las realidades inteligible3, a las cuales la humildad de una sabiduría sometida al ser la asociaba an- taño; para luchar contra los cuerpos está equi- pada como un dios, para luchar contra los espí- ritus perdió todas sus armas, y las leyes sin pie- dad del universo metafísico la despedazan irriso- riamente.

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