Bicentenario de Hispanoamérica: Miranda escritor

84 La biblioteca clásica del Precursor El tema de los libros de Miranda, de sus lecturas, es muy hermoso y muy vasto. Los libros poseen estrecha relación con su vida y su obra. Los llevaba consigo, los cuidaba, los leía, los releía, los anotaba, los consultaba, los citaba, los amada. ―Me he quedado en casa leyendo con gusto y provecho. ¡Oh libros de mi vida, qué recurso inagotable para alivio de la vida humana!‖ 113 , escribe en Amsterdam un día de 1788. La lectura es una constante de su vida. Por eso, en su Diario , casi cada día aparecen expresiones como ―leyendo‖, ―leyendo hasta tarde‖, ―he estado leyendo‖, ―lo he pasado leyendo‖, ―leyendo y escribiendo hasta...‖, ―a casa y a leer‖. Imposible, como decíamos, abordar ahora este tema. Y tampoco el de los libros griegos y latinos de Miranda. Sólo una mirada podremos echar a la biblioteca de este hombre humanista. A través de su vida errante y azarosa, a través de su incansable actividad, Miranda fue reuniendo una biblioteca, de cuya formación tenemos noticia gracias a listas de compras y envíos de libros que escribió y conservó en su archivo; y gracias a los dos catálogos de las subastas de esa colección, efectuadas en Londres en 1828 y 1833. Estos catálogos fueron ubicados por Pedro Grases y publicado por él en 1967. Aunque imperfectos en lo bibliográfico, permiten formarse una idea del tesoro que fue esa biblioteca, cuya base era, como dice Pi Sunyer, ―un fondo sazonado de humanidades‖ 114 , una gran sección, riquísima en realidad, de textos griegos y latinos y de obras sobre la historia y la cultura clásica greco-latina. Las páginas de los catálogos, aunque éstos son incompletos e imperfectos desde el punto de vista de la descripción bibliográfica, asombran. Esta palabra utiliza el escritor venezolano Uslar Pietri: ―Hojear esas páginas produce asombro. Lo que allí se enumera y que, obviamente, no era todo lo que Miranda llegó a poseer en libros, representa una de las bibliotecas más ricas y cultas de su connoissances, le grand militaire; celui enfin dont Homère, et après lui Horace auroient dit: qui morum hominum multorum vidit et urbes”. 113 Archivo del General Miranda , tomo III, p. 278. 114 Carlos Pi Sunyer: “La biblioteca de Miranda”, en “El Archivo y la casa de Miranda”, Estudios mirandinos , en Patriotas americanos en Londres , Edición y prólogo de Pedro Grases, Monte Ávila Editores, Caracas, 1978, p. 60.

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