Viajeros y botánicos - page 15

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Prólogo
E
n este libro se presentan reproducciones de imágenes en color
de plantas recolectadas enChile, publicadas entre los años 1790
a 1854, y de paisajes de Chile, impresos entre 1824-1854, con
el objeto de satisfacer a los interesados en conocer un material
tan valioso, disperso en diferentes obras difíciles de encontrar y
consultar.
Me pareció, asimismo, valioso e ilustrativo reunir en el
mismo volumen datos y reseñas sucintas de la época y de
algunos personajes descatados de la Independencia, la cual
hizo posible la llegada y estudios de los sabios que vinieron a
Chile a partir de 1818, e imágenes de paisajes pintados por los
viajeros europeos, visitantes deChile por diversosmotivos, que
nos legaron únicas y verdaderas joyas de la primera pintura
paisajística nacional.
El deseo de llevar a cabo este trabajo surgió hace diez años,
cuando en la Biblioteca de nuestra Facultad de Agronomía
encontré la colección casi intacta –faltaba un solo ejemplar– de
la revista inglesa
Botanical Magazine,
desde su primer volumen
publicado en 1790 hasta el vol. LXXIII publicado en 1847, en
el cual se presentabamuchas ilustraciones acuareladas de plantas
recolectadas enChile.Mepropuse, entonces, dar a conocer a todo
interesado este tesorobotánico. Para valorizar y enriquecermás el
trabajo, incluí reproducciones de imágenes deplantas recolectadas
en nuestro país, de la obra de E. Poeppig
Nova genera ac species
plantarumquas in regno chilensi peruvianum et in terra amazonica,
publicado en 1835. Al ampliar las reproducciones fotográficas
del
Nova genera
... dePoeppig se visualizan sorprendentes detalles
no visibles en el impreso original. Como se trata de fotografías
no de plantas reales, sino de dibujos de ellas, no se entiende
cómo la ampliación muestra detalles captados por la cámara
no visibles al ojo desnudo, salvo que el autor hubiera dibujado
láminas de mayor tamaño las cuales en la impresión fueron
reducidas, o bien que el dibujante trabajaba con la ayuda de
una poderosa lupa, o... En el caso de plantas reales se entiende
que al ampliar sus imágenes fotográficas se visualicen tales
detallesmicroscópicos. Este interesante fenómenonoocurre con
las láminas de los otros autores presentados en esta obra. Nos
referimos a las reproducciones de láminas de
Flora Antarctica,
de J. D. Hooker, a las del
Botanical Magazine
y a las del Tomo
I del
Atlas
de Claudio Gay.
Los paisajes deChilede laprimeramitaddel sigloxix sondifíciles
de encontrar. Losmás conocidos fueron, casi o exclusivamente, obra
de artistas europeos; los que pintara el Padre de la Independencia
BernardoO’Higgins, entre1803y1810, sequemaron en el incendio
de la casa patronal de Las Canteras, provocado por las tropas
realistas en 1813. J.M. Rugendas, veinte a treinta años después,
se dedicó especialmente a obras de temática costumbrista, R. Q.
Monvoisin al retrato de personajes de posición y fortuna. Los
grandes paisajistas chilenos de la segundamitaddel sigloxix, ami
juicio, no consiguieronni siquiera igualar elméritoprodigado en
las realizaciones plásticas de Le Breton, Goupil, Poeppig y otros.
En el siglo xx la “pincelada suelta” y la abstracción se alejaron
definitivamente de la meta figurativa realista-romántica de los
grandes artistas que dejaron una huella única e incomparable
hace ya más de 160 años, huella que actualmente constituye un
patrimonio pictórico de unmérito supremo.
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