Ser-humano (cartografía antropológica)

— 45 — como actos fundacionales de la patria. Y así cada Estado tiene su panteón de los héroes. 4. El hombre como carencia de Arnold Gehlen Scheler y Gehlen fueron considerados en su época como los principales repre - sentantes de la naciente Antropología Filosófica. Gehlen, de todos modos, cabe agregar, es una figura controvertida en la historia de la filosofía por su adhesión al nacional-socialismo. En contraste con ello la adhesión de Heidegger al mismo movimiento, fue de menor grado, si se considera que a la vez el filósofo de Fri - burgo tuvo la osadía y la valentía de criticar la teoría racial de Alfred Rosenberg desde su cátedra en lecciones sobre Nietzsche del año 35 en la Universidad de Friburgo. Gehlen sucedió en 1933 a Paul Tillich en la Universidad de Frankfurt, el que emi - gró a Nueva York, teniendo que huir de la Alemania nazi. Él representa una posi - ción filosófica conservadora que marca un contrapunto con la Escuela de Frank - furt. Célebre fue en la post-guerra el enfrentamiento televisivo entre Adorno y Gehlen, con ocasión de la Revolución del 68. Con Gehlen y su obra El hombre. Su naturaleza y posición en el mundo , de 1940, se abre una reveladora perspectiva en la que el hombre es caracteri - zado más por lo que no es que por lo que es . En todo su análisis juega como Leitmotiv la sentencia nietzscheana “El hombre es el animal no estableci - do” 16 . En otras palabras, aquí lo decisivo es la carencia , la falta que se delata en la comparación con nuestros congéneres más próximos –los animales. So - mos de escasa dotación instintiva en comparación con el animal. Somos un ser carente, Mängelwesen (lo que tiene antecedentes en Herder). El hombre goza de este modo de un “puesto especial”, ( Sonderstellung ) en la naturale - za. En el curso filogenético de nuestra historia habríamos ido paulatinamente perdiendo nuestra dotación instintiva. Así lo muestran nuestras capacidades físicas, corporales, instintivas, sensoriales. Nuestra visión, audición, olfac - ción, tacto, gusto, y lo mismo la velocidad que logramos al correr, son esca - sos. Mas, se trata de cómo a raíz de esa consustancial carencia el hombre desarrolla todo lo que sería lo más elevado, así la técnica, la ciencia, el arte, la política, la filosofía, la religión, y, en general, la cultura. Especialmente la técnica equivale para Gehlen a un “sustituto de órgano” ( Organersatz ) y por estar el hombre determinado a la vez por una “necesidad de instituciones” ( Institutionsbedürftigkeit ) una de las tesis más controvertidas de Gehlen es que la sociedad está dispuesta a darse cualquier institucionalidad que garan - tice estabilidad. 16 A. Gehlen, Der Mensch. Seine Natur und Stellung in der Welt , Wiesbaden: Quelle & Meyer, 1997, p. 10. / Ed. Cast.: El hombre. Su naturaleza y posición en el mundo , trad. de Fernando Carlos Vevia, Salamanca: Sígueme, 1980.

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