Ser-humano (cartografía antropológica)

— 39 — hasta cierto punto, se podría considerar desproporcionada. Parejamente con ello las concepciones antropológicas pierden su antiguo carácter de espontanei - dad y resultan más de las exigencias de una disciplina que, a fin de cuentas, tiene que exhibir resultados, hoy por hoy incluso asociados a criterios curriculares de productividad. Por otra parte, y como bien lo plantea Heidegger, en la constitución de la Antro - pología Filosófica se da el peligro de desperdigarse y de la consiguiente pérdida de la esencia de la filosofía, que corresponde a la pregunta por el ser. Más que un peligro, esto ha llegado a hacerse realidad, en la medida en que distintas dis - ciplinas filosóficas (y no sólo la Antropología Filosófica), como especialmente la epistemología, la filosofía política, y otras, se desarrollan en espacios casi com - pletamente independientes, sin considerar para nada la remisión a la pregunta central de la filosofía. Con el fin de esclarecer más el punto que destacamos, la comparación con la Éti - ca y la Axiología es decidora. Desde luego a lo largo de la historia de la filosofía se han desarrollado distintas doctrinas éticas, como en Platón, Aristóteles, Tomás, Kant, y otros. Y el nacimiento de cada una de esas doctrinas ha sido espontáneo, estando en cada caso al servicio de la necesidad de orientación en el mundo que tiene el hombre. Mas, por supuesto que muy distinta es la situación desde el momento que se constituye la Axiología, la teoría de los valores en los inicios del siglo XX. Ella prácticamente surge con la obra de G.E. Moore, Principia ethica , de 1903, y otras obras de los filósofos austriacos Meinong y Ehrenfels. Desde entonces toda ética que se desarrolla conlleva elementos axiológicos, ante todo las de Max Scheler y de Nicolai Hartmann, como posteriormente la ética discur - siva de Habermas, la ética futurológica del Principio de responsabilidad de Hans Jonas y hasta en la actualidad la bioética como la ecoética (o ética del medio am - biente). Esta acotada referencia nos muestra que así como con el nacimiento de la Antropología Filosófica se generaba una multiplicación de concepciones del hombre que acababa por volverse insensata, al estar determinada por criterios curriculares de productividad, así también puede sostenerse algo equivalente respecto de la Ética y Axiología contemporánea. Pues bien, volviendo a nuestro tema –el de las concepciones de lo humano– cabe señalar que a lo largo del siglo XX se destacan varias, pero como nos están muy cercanas en el tiempo, no sabemos cuál de ellas marcará el rumbo de la his - toria. Y algo similar podría decirse de las doctrinas ético- axiológicas del mismo siglo. Mas, cabe agregar que este siglo presenta una situación tan singular que es posible, a diferencia de lo que ha venido ocurriendo en siglos anteriores, que sea una multiplicidad de concepciones antropológicas la que marque el rumbo histórico futuro. De hecho, ello ya se muestra siendo así en nuestro siglo XXI. Sobre la base de este entendido, podríamos decir que cada concepción antro - pológica histórico-filosófica se imponía al modo de un “saltar la liebre” en cierto

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