Ser-humano (cartografía antropológica)

— 24 — Las concepciones antropológicas y una posible tipología humana El alma no es visión, al menos no en primer término, sino aspiración Paul Ricoeur Finitud y culpabilidad L as mencionadas concepciones antropológicas corresponden en primer lugar no a modos como la filosofía concibe al ser humano, sino a modos como el propio ser humano se entiende a sí mismo, y ello sucede a través de la filosofía. Lo que queremos subrayar con ello es que la filosofía no es una ocupación aisla - da, separada, encerrada en aulas o bibliotecas, sino que la filosofía es ante todo una expresión del ser humano a lo largo de su historia y, estrictamente hablan - do, en relación al conjunto de concepciones antropológicas, desde el nacimiento del animal racional en adelante. Lo anterior nos muestra que la filosofía está ins - talada en el mundo y la historia, y no puede sino estarlo desde el momento que observamos en el pensar filosófico un pensar del ser humano en medio de otros seres humanos. Pero, más que lo recién dicho, al tener a la vista el conjunto de concepciones antropológicas, advertimos como la filosofía influye y significati - vamente determina el curso de la historia de la humanidad. Ella va paso a paso dándole una impronta a cada época, desde el momento en que nace el animal racional, le sigue el homo viator , a éste el ser humano como centro. Cada época recibe desde estas concepciones su sello inconfundible. Mas, igual cabe soste - ner que este modo de determinar el curso histórico por parte de la filosofía no es desde un frente, una vanguardia o una primera fila. Relativo al teatro del mundo que se desarrolla en el escenario, en las primeras siete filas están la política, el derecho, el periodismo, la tecnología, la economía, la moral, la religión, luego vienen la ciencia, el arte, y en la última fila está la filosofía, y no obstante esta distancia respecto del acontecer contingente, igual lo determina, sólo que algo así como estableciendo el fondo sobre el que se ha de pintar el cuadro. ¡El ser humano como centro, al generar precisamente el antropocentrismo, vaya que es decisivo, en tanto habrá de determinar todo lo que conocemos como moderni - dad! ¡El ser humano activo, al llevar adelante el giro de la vida contemplativa a la vida activa en la que nos encontramos hasta nuestros días, vaya que es decisivo también, dado que hoy, y ya encontrándonos en una suerte de extravío del hom - bre activo, casi todo lo medimos y justificamos con la vara de la productividad y el rendimiento! Cabe precisar además que prácticamente todas las concepciones antropológicas surgen de la filosofía, salvo dos, que serían las del homo sacer , justo anterior al animal racional, con el que nace la filosofía, y también el homo viator , que más

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