Ser-humano (cartografía antropológica)

— 14 — aquí de paso y luego desaparecer. Llegamos a este mundo y como niños no hay pregunta todavía, sino a lo más estar asombrados por todo lo que hay; en algún momento comienza a madurar la pregunta en nosotros, y si nuestra mente se mantiene abierta, de ella no escaparemos más y hasta el mismo momento de morir, nos retiraremos de acá con la pregunta a flor de labios. De tal modo entonces que tanto el ser de la plenitud, como nuestro propio ser en particular, se recogen en el enigma y ahí se mantienen cual colosal incógni - ta. Vistas las cosas así, cada concepción antropológica que se ha desarrollado y que indagaremos en esta obra, representa un acercamiento a nuestro ser, entre muchos otros posibles. Sin embargo, el ser del ser-humano se recoge en su carácter enigmático. Si al - guien pudiera responder ¿qué es ser? como también ¿qué es nuestro ser? ese sería sólo un posible “dios”. Tal vez lo único –a mi juicio– que podría considerarse como permanente en las concepciones antropológicas es el hecho de que so - mos, y que somos “buscadores de sentido”. Pero aún así, cabe agregar que, a lo largo de la historia de la filosofía la pregunta por el sentido es más bien una pre - gunta tácita y que hay que esperar recién hasta el siglo XX para que esta pregun - ta sea asumida y planteada propiamente de modo expreso. Con todo, aunque sea en forma tácita y bajo el peso de respuestas que han parecido definitivas a lo largo de la historia, la constante del hombre es la perpetua búsqueda de sentido. Es propia del ser humano la comprensión, y ésta puede ser no solamente del mundo, de los otros, sino también de nosotros mismos, esto es, auto-compren - sión. Es más, esta auto-comprensión, en verdad, es el fundamento de toda otra comprensión, por cuanto, por ejemplo, la comprensión que tenemos de las co - sas o de los otros seres humanos, es siempre a la vez con respecto a nosotros mismos, por decirlo así, es desde nuestra perspectiva. A partir de esta auto-com - prensión se explica el camino que emprenderemos, ya que las concepciones an - tropológicas a examinar en lo que sigue pueden verse en cada caso como el resultado de la mencionada auto-comprensión. Pero, sobre la base de lo que ya hemos adelantado cada una de las concepciones antropológicas la podemos observar de acuerdo al peculiar alcance que tiene el guión de “ser-humano”. Claro está, este guión tiene un significado gramatical, pero, haciendo un juego deliberado, él alude también al guión teatral que his - tóricamente, y según cada concepción antropológica, jugamos. Es pues patente que la cuestión está entonces en cómo cumplir con este por cierto difícil guión, siendo ésta la tarea de cada cual. Visto de este modo, lo originario es que somos cada uno ser-humano y las con - cepciones antropológicas tienen así cierto carácter de máscaras o pantallas que necesitamos, justamente en la medida en que necesitamos parejamente darnos y apoyarnos en alguna auto-comprensión.

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