Ser-humano (cartografía antropológica)

— 109 — conciencia y de la moral, sea el poder nuevamente el que enfáticamente se des - taque. Kant: “Cada hombre tiene conciencia y se encuentra observado y amenazado por un juez interno, como también en respeto (atención unida a temor) ante él, y este poder vigilante sobre las leyes que hay en él, no es algo que él mismo se fabrica arbitrariamente, sino que está encarnado en su esencia. Lo sigue como su som - bra cuando él pretende rehuirle. Él se puede narcotizar con placeres y distrac - ciones o adormecerlo, pero no puede evitar volver a ratos sobre sí o despertar oyendo al pronto su voz terrible. Él puede incluso en su caída más extrema llegar tan lejos, como a no ceñirse más a esa voz, pero oírla, no lo puede evitar” (MdS, 438). Sin embargo, en esta concepción kantiana de la conciencia, el juez sigue siendo Dios, sólo que (y éste es un punto decisivo) no se supone con ello la presencia real de Dios en nosotros (lo que implicaba la syntéresis ) sino sólo el supuesto “como si” hubiera Dios en nosotros, a saber un poder absoluto que nos juzga. Se trata de reconocer que debemos estar sometidos a un poder absoluto en nosotros, porque (podemos suponer) de lo contrario, el hombre se descarría. Cada cual podría entonces considerar que la instancia a que somete el análisis y el fallo sobre sus conflictos de conciencia, es tan limitada como él mismo. Y tengamos en cuenta que en el pensamiento kantiano de la conciencia, jerár - quicamente ella está sobre la ley positiva. Siempre es ella, en última instancia, la llamada a decidir sobre algo. Pero, de ninguna manera está la conciencia sobre el imperativo categórico (que reza en una de sus varias formulaciones: actúa de tal modo que el motivo de tu acción pueda valer como ley universal ). Podríamos suponer que el juez supremo de nuestra conciencia, que nos representamos, como-sí lo hubiera, tendría que ser a su vez expresión del imperativo categórico. Únicamente en la medida en que se hace presente Dios al interior de nuestra conciencia en términos hipotéticos, como-sí lo hubiera, puede condecirse esto con la concepción del ser humano finito.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=