Concurso literario: medio siglo de historias de la terapia ocupacional en Chile - page 22

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MedioSiglo deHistorias de la TerapiaOcupacional en Chile
Les encontró un sitio mágico: las Manos, así que puso una en cada
muñeca, como un reloj. Perono era un reloj cualquiera. No, señor. ¡Era
nadamás ni nadamenos queun reloj deorejas!Quedaba tanbonito, pero
había que acercarse un poco por efecto del caracol que vivía adentro. Se
podía escuchar el mar, pero… al manotear se estropeaban las orejas.
Uyyy ¡¡!! Qué dolor.
El hombrecito azul dijo
El hombrecito azul dijo
El hombrecito azul dijo
El hombrecito azul dijo
El hombrecito azul dijo
El hombrecito azul dijo
El hombrecito azul dijo
—Voy a pensar en dónde más podrían ir las orejas ¡¡!!— Después de
cavilarmucho: “Ya sé”, gritó. Las orejas van en lasMejillas, así cuando
me vayan a dar un beso, me lo dan doble en eco.
Pero resultaron algo fastidiosas, ya que escuchaba claramente todo el
ruido de la boca… ¡qué afán!
Dónde, dígame, ¿dónde pueden ir las orejas?
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