Gabriela Mistral: el libro y la lectura

123 Gabriela Mistral: El libro y la lectura Por lo dicho, la propuesta de Gabriela Mistral que insta a la consideración del libro como medio fundamental para el de- sarrollo cultural, no sólo es aceptable actualmente a pesar del desborde de información tecnológica, sino que debido a este mismo desborde es, tal vez más que nunca, absolutamente vigente y necesaria. El libro es la diferencia que puede aportar conocimiento, autonomía, reflexión y conciencia dentro de una sociedad consumida por información desechable, imper- sonal y alienante. Y esto, considerando tanto el libro impreso como el electrónico; es el contenido del libro más allá del for- mato el que debe ser fomentado 156 . De aquí, la importancia de reaccionar ante las palabras de Mistral e introducir, sobretodo en países de tanto consumo tecnológico como Chile, la lectura del libro en las salas de clases. Tal vez por este camino se logre al fin una educación de la que los chilenos nos podamos ufanar. 5.2. Control estatal sobre la industria del libro en Chile: menos va- lor agregado y mayor valor simbólico Si bien la inclusión del libro en las sales de clases es funda- mental para el desarrollo cultural esperado, no basta con ello. Así como también lo da cuenta Gabriela Mistral, la Fundación Chile 21 y la Asociación de Editores de Chile (2005) manifies- tan que es necesario realizar una política estatal del libro y de la lectura desde la cual sean afectados los diversos actores in- volucrados en la producción y comercialización de este medio. De aquí la relevancia de considerar el control estatal hacia la 156 Si bien hoy en día se pone en jaque la continuidad del libro impreso debi- do a su posibilidad digital, autores como Subercaseaux (2000) consideran que ambos formatos tienen usos diversos y que por lo tanto es probable que coexistan: “La nueva materialidad electrónica que adquiere la escritura no significa el fin del libro o la muerte del lector. Supone sí una redistribución de roles en la economía de la escri- tura. Lo más probable, desde esta perspectiva, es que se dé una complementariedad, que sobreviva el libro impreso para ciertos usos y en otros la edición electrónica su- pere a los soportes tradicionales”SUBERCASEAUX. Op. cit. p. 211. La imponente in- dustria actual del libro impreso en países como España o México reafirman esta tesis.

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