50
WALTER SÁNCHEZ G,
Quien maneje la información podrá manipular, desinformar, gobernar e
imponer su voluntad de salir con la suya, es decir, tendrá poder. El Estado
latinoamericano sobredimensionado, y gobiernos inestables, recurrirán al uso y
abuso de este recurso para sus caprichos. En ese clima, una sociedad civil
robusta, con pleno respeto a los derechos del hombre en especial la libertad
informativa será el único contrapeso a los rebrotes de populismos y autoritaris–
mos. La era de la infonnación en sí no es un enemigo de la libertad, pero plantea
un fuerte desafío para hacer de la política algo cada vez más público y transparen–
te. Política
al
servicio del hombre y la sociedad civil, y no en función de los
grupos que controlan el mercado de los símbolos y la información.
En la política mundial, el acceso desigual a la información creará nuevas
fronteras y relaciones de subordinación. Las distancias se acortarán pero en
beneficio de los que tienen un itinerario claro para su futuro político. En otras
palabras, América Latina y Chile tienen el desafío de elaborar un mapa de
navegación con un itinerario claro para poder ser soberanos de su destino futuro.
Requieren de una imagen del futuro compartido, y fruto del consenso social, no
de la imposición de los grandes de la región o de las minorías privilegiadas de las
sociedades.
En un planeta más unido y al mismo tiempo más diverso, los escenarios
futuros preferibles serán necesariamente más cosmopolitas, ecuménicos y poli–
cromáticos. La religión civil del nacionalismo yel ideologismo, persistirá como
mito aglutinador de los más pobres y débiles. Un escenario futuro basado en esta
ideología oficial no tiene destino. Se requiere una secularización del nacionalis–
mo para purificarlo de sus dimensiones exclusionista
y
autoritarias; también la
modernización ideológica supone una racionalización de las utopías para no
convertirlas en un opio de la sociedad.
La
economía, la política, la guerra y la paz
son tan importantes que no pueden quedar a cargo de economistas, políticos
y
generales. Un escenario preferible requiere de una visión comprensiva, típica de
la sabiduría, transdicíplinaria
y
conciliando desarrollo y democracia.
10.
AMÉRICA LATINA 2000.
EL
DRAMA CHILENO
Con sabor a comedia
y
tragedia el reloj de la historia nos acerca
al
siglo
XXI,
agudizando la conciencia de un desafío histórico dramático.
Lo
más probable es que el próximo siglo, Chile tenga 20 millones de
habitantes
y
7 de ellos viviendo en Santiago. Nuestro futuro dependerá cada vez
más de la capacidad de cultivo
y
desarrollo de la inteligencia de los chilenos. Más
allá de lo que pueda ofrecer la dotación de recursos naturales vivos
y
no