NUEVAS DIMENSIONES EN LA PROTECCION DEL INDIVIDUO
Sin duda alguna, la modificación introducida por el plebiscito
de 1989 al artículo 5 de la Constitución Política de la República,
otorgándole una relevancia inimaginable antes a los tratados sobre
Derechos Humanos, no hubiese sido posible con un resultado dife–
rente al obtenido en el plebiscito de 1988.
El tema del respeto de los derechos de la persona humana no
constituye ya una amenaza a la chilenidad, sino, muy por el contrario,
se halla entre los elementos de la idiosincracia Patria.
El gobierno democrático de Chile se ha ocupado, consecuen–
temente, de impulsar una política que permita precisar y dar conte–
nido en
el
orden jurídico interno a las normas sobre Derechos
Humanos.
Es así que se han adoptado medidas tanto de orden administra–
tivo como normativo.
Entre las primeras, baste citar la creación de la Comisión
Nacional de Verdad y Reconciliación y de la Oficina Nacional del
Retorno, entidades que significan una mirada simultánea al pasado
y al futuro: conocer la verdad y reincorporar a ·los compatriotas
alejados. Determinar lo que ocurrió, sanar las heridas, recibir a todos
sus hijos, es una de las más urgentes tareas de la generosa nación
chilena.
En el orden normativo, importantes instrumentos jurídicos
internacionales han sido remitidos al Congreso Nacional para lograr
su aprobación y poder proceder a su ratificación. La Convención
Americana sobre Derechos Humanos, la Convención sobre los De–
rechos del Niño, el protocolo facultativo del Pacto Internacional
sobre Derechos Civiles y Políticos, el estatuto de la Organización
Internacional de Migraciones y los Protocolos I y
JI
a los Convenios
de Ginebra de 1949 se encuentran en la situación descrita y ello es
demostración evidente de la voluntad política del gobierno del Pre–
sidente Aylwin de avanzar por la senda trazada. También es prueba
de ello el retiro, que se formulara próximamente, de las reservas a las
convenciones sobre la tortura..
Todas estas medidas -algunas de ellas adoptadas históricamen–
te con retardo·- nos preparan para enfrentar, en el futuro, una nueva
faceta del problema de los Derechos Humanos. Ahora el desafío es
de respetarlos y desarrollarlos en un complejo periodo de transición
a la democracia.
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