Las relaciones entre América Latina, Estados Unidos y Europa Occidental

Mal'lfred Wilhelmy I COMPETENCIA INTEIlNACIONAL DE LAS GIlANDES POTENCIAS En este sentido se entenderá por competencia económica entre estados, aquella en que actóres estatales y privados buscan participar en tran– sacciones comerciales, inversiones y relaciones fmancieras en determi– nadas economías nacionales de modo de mejorar sus posiciones relativas frente a otros estados y agentes privados interesados en participar en las relaciones con las economías respectivas. Esta noción de competencia económica no involucra la idea de impe– rialismo, por cuanto no especifica la naturaleza de las relaciones que se establecen entre los gobiernos y los actores privados de los países partici– pantes. Si bien históricamente en América Latina y en otras regiones la competencia económica se ha dado en términos tales que las economías capitalistas de los países desarrollados y los gobiernos respectivos han llegado a tener un alto grado de control sobre las economías y los gobier– nos de los países menos desarrollados, el concepto propuesto no se cir– cunscribe a este tipo de situación. Por el contrario, en circunstancias que el poder negociador de los estados latinoamericanos frente a los países desarrollados tiende a aumentar, a juicio de la mayoría de los observado– res, la competencia económica entre países desarrollados por realizar transacciones con estos, se mantiene. e ¡ncl uso aumenta Diversos analistas hán puesto de relieve la creciente importancia de las dimensiones económicas en las políticas exteriores de los países desarrollados, especialmente en el contexto del empate nuclear y de la distensión, que parecen alejar el peligro de un enfrentamiento estraté– gico directo entre las superpotencias. Según Edward L. Morse, "una de las características centrales de la política entre las sociedades mo– dernizadas es que la política de la riqueza y el bienestar se ha impuesto sobre la política de poder y posición, la cual en las relaciones entre socie– dades modernizadas se desenvuelve en términos económicos·". No se trata, por tanto, de un"economicismo" en las relaciones exterio– res, desprovisto de toda dimensión política, sino que de "la fusión de los objetivos de poder y los objetivos de abundancia 6 ". La competencia entre los países desarrollados occidentales se va desplazando hacia problemas económicos y la "performance" de cada estado en el manejo de éstos repercute en su posición de poder internacional. A nivel global y en las relaciones multilaterales entre los países desa– rrollados, el énfasis en lo económico aumenta el potencial de cooperación, constituyendo lo que Horrmann ha denominado "multiple manage– ment". Los asuntos monetarios, energéticos, y otros que han figurado de manera prominente en la agenda internacional multilateral constitu– yen, en efecto, algunos de los aspectos centrales de la política internacional de la presente década, que sólo pueden ser descuidados a riesgo de com– prometer el conjunto de una política exterior, incluyendo los intereses • Edward L. Morse, "Thr Translormation oC Foreign Policies: Modemization, Inter· dependence, and Externalization", Wor/d PoliticsxXII N- 3, abril. 1970, p. 378. 5 Morse, p. 379.

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