Las relaciones entre América Latina, Estados Unidos y Europa Occidental

LAS RELACIONES ENTRE AMÉRICA LATINA, ESTADOS UNII)OS y EUROPA OCCIDENTAL nales, a pesar de los esfuerzos de coordinación de posiciones políticas que tienen lugar en diversos foros e instancias regionales y extrarregio– nales. Actualmente, algunos estados de la región buscan ampliar sus roles internacionales y, si bien suelen utilizar una retórica "latinoamerica– nista" en sus planteamientos, el foco de interés de sus gobiernos está en el nivel nacional más que en el regional. Por estas razones, las referencias a América Latina deben entenderse hechas a conjuntos de estados que enfrentan situaciones básicamente similares o comunes para la región, sin que ello implique necesariamente la adopción de una perspectiva unitaria. Los tres aspectos de la competencia o conflicto internacional involucran intereses y objetivos básicos de las grandes potencias. La competencia estratégica comprende el conjunto de interaccioRes en que el comportamiento de un gobierno está condicionado por el com– portamiento y las expectativas atribuidas a otros gobiernos·, tratando cada actor nacional de maximizar lo que entiende como. su "seguridad nacional" por diversos medios, entre los cuales el empleo potencial o real de la fuerza militar tiene un lugar esencial. Como ha dicho Stanley Hoffmann, la competencia "estratégico-diplomática" tiene lugar en el "tablero de ajedrez en el cual los peones son armas y ejércitos, di– plomáticos, espías y asesores jurídicos; los intereses son pueblos y territorios, dominación y sumisión; las jugadas son amenazas y gue– rras, alianzas y garantíagll". En América Latina, la competencia estratégica en el período de post– guerra se ha desarrollado en diversas fases, comprendiendo todos los elementos señalados por Hoffmann, aunque el nivel de violencia inter– nacional ha sido inferior a los registrados en otras regiones del mundo. Los 9tros aspectos de la competencia internacional solamente pueden ser diferenciados de la competencia estratégica para fines analíticos, por cuanto empíricamente se' dan juntos, interactuando constantemente. El uso de la fuerza, por ejemplo, puede ser un instrumento para la penetra– ción eco.nómica, y ésta suele ser utilizada con fines de dominación política externa 3 . 1 Thomas C. Schelling, The Strategy oJ Conflict, Nueva york, Oxford University Prcss, 1960, p. 15. 2 Stanley Hoffmann,. "The lntemational System and U. S. Policy Toward Latín Ame– rica" en The America in a Changíng Warld, A Report of the Commission on United States– Latín American Relatíons, Nueva York, Quadrangle Books, 1975, p. 80. • Sobre las relaciones entre variables políticas y económicas en el sistema internacio– nal, véase Robert Keohane y Joseph Nye, "World Politics and !he International Economic System" de C. Fred Bergsten, OO., The Future o/ the lnlemational &onomic Oorder - An Agenda(or Research, Lexington, D.C. Heath and Co;, 1973, pp. 115-179. 9 0

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