Evaluación del aprendizaje autoconstruído: motivando la autonomía del universitario

Evaluación del Aprendizaje RUGIERO, A. M. et. alt. 77 CONCLUSIONES, DISCUSIÓN y RECOMENDACIONES Consideraciones Generales Los resultados obtenidos confirman la hipótesis de trabajo que correlaciona positivamente la autonomía del estudiante de arquitectura con la aplicación sistemática de auto y coevaluaciones del proyecto. Los sujetos experimentales mostraron comportamientos más definidos hacia un desempeño autónomo en tres de los indicadores considerados: mayor capacidad crítica, mayor objetividad metodológica y una más alta predisposición al trabajo en equipo. Respecto al cuarto indicador -mediadores para el aprendizaje autodirigido- los datos aportados tanto por los grupos experimentales como los de control se contraponen a lo previsto. Se pudo dejar constancia de algunas tendencias en el uso que hace actualmente el estudiante de los recursos disponibles, las que podrían reorientar el enfoque teórico sobre este aspecto, vale decir: la búsqueda activa de mediadores para el aprendizaje. El conjunto de opiniones vertidas por los estudiantes que tuvieron autoevaluaciones desde el inicio de su formación, en la sesión en profundidad permitió conocer aspectos substanciales respecto de la carrera y del propio desempeño. Los temas surgidos de la discusión abierta reafirman el aprendizaje por descubrimiento como propio de la formación tradicional del arquitecto; el valor de la autoevaluación como modo de participación y autogestión de conocimiento; y la disposición del estudiantado a la experimentación académica en procura de innovaciones relevantes para la disciplina. Se detectó, así mismo, la importancia de aplicar estos recursos en forma sistemática y generalizada, al interior de todo Taller, especialmente, a los de Formación Inicial y Básica. La consecución de los objetivos de la investigación realizada, permitió extrapolar la validez de los instrumentos de auto y coevaluación, y establecer un conjunto de recomendaciones generales para el diseño de los formularios. La observancia de estas últimas, junto con mantener un amplio margen para la libertad de cátedra de cada equipo docente, caracteriza lo que denominamos aquí Autoevaluación Sistemática. El Taller resulta ser el ámbito más apropiado –la línea curricular más pertinente- para que el estudiante ejercite la autoevaluación sistemática como una reflexión formal, asociada al proceso creativo. Con ello se consolida el Taller como “prácticum” que recoge la estructura del desempeño profesional real (Schön, 1986) y como eje indiscutido del método tradicional de enseñanza de la arquitectura, centrada en el proyecto (Mabardi, 2001). Mientras la formación en el proyecto conjuga las diversas modalidades de evaluación que puede efectuar el cuerpo docente –diagnóstica, formativa y sumativa- la auto y coevaluación, con eje en el propio estudiante, contribuyen a la formación por el proyecto . La Autoevaluación Sistemática optimiza el método tradicional de enseñanza de la arquitectura, y permite afrontar con éxito los desafíos que el mundo laboral y la sociedad en su conjunto, plantean actualmente a la formación universitaria. Su práctica estimula la metacognición (Flavell, J. 1979) capacidad que es posible robustecer más allá de las sugerencias pedagógicas hechas hasta el presente. Por sí misma, la metacognición puede

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