La Odisea en la Odisea: estudios y ensayos sobre la Odisea de Kazantzakis

144 Calipso y la inmortalidad rechazada De las tres figuras femeninas, que representan las tres grandes tentaciones que asaltan a Odiseo durante la década de su viaje de regreso a Itaca, quizás sea Calipso la más misteriosa. Ya su nombre es enigmático: la que se oculta. Según una genealogía era hermana de Circe, ambas hijas de Helios y nietas del Océano, pues su madre era Perseis. Pero otra versión del mito la tenía por hija de Atlante y de Pléyone, la madre de las siete Pléyades convertidas en estrella. A su isla, Ogigia, s e la ubicaría en el norte de África, en la península de Ceuta. Leyendas posteriores a la historia de la Odisea hablaban de uno o dos hijos que habrían sido fruto de sus amores con el peregrino Ulises: Latino, epónimo de los latinos, o Nausítoo y Nausínoo. También llegó a atribuírsele otro hijo con Nausícaa, Ausón, que habría dado nombre a Ausonia, 238 . La estadía del peregrino en los dominios de la ninfa ocupa los dos tercios de aquellos diez años. Encontramos su nombre desde los primeros versos de la Odisea , cuando Homero, después de referirse a algunos de los infortunios del héroe y sus compañeros, nos informa de la situación de éste, ya sin acompañantes, contrastando su suerte con la de otros guerreros que habían logrado retornar desde Troya hasta sus tierras: Cuantos antes habían esquivado la abrupta ruina, en sus casas estaban a salvo del mar y de la guerra; sólo a él, que añoraba en dolor su mujer y sus lares, reteníale la augusta Calipso, divina entre las diosas, en sus cóncavas grutas, ansiosa de hacerlo su esposo 239 . La circunstancia de la imposibilidad de Odiseo de salir de la isla de Ogigia y el hecho de que Calipso lo retenía allí contra su voluntad, son expuestos por Atenea a los dioses, reunidos en torno a Zeus, en la rapsodia V: Referíales Atena las penas sin cuento de Ulises con dolor de que aún le guardase la ninfa en sus casas: [...] No queda entre todas esas gentes que tuvo en su reino, por él gobernadas con paterna bondad, quien se acuerde de Ulises divino. 238 P. Grimal, op. cit., p. 83 239 Homero: Odisea , I, 11-15.

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