La estatura del derecho: igualdad, participación ciudadana y percepción de los medios en niños, niñas y adolescentes chilenos

El derecho a la participación de niños, niñas y adolescentes implica generar las condiciones necesarias para que puedan expresar libremente sus puntos de vista, opiniones, sentimientos y necesidades en un ambiente de respeto y tolerancia. De acuerdo a esto, niños y niñas deben ser tomados en cuenta y tener influencia en las decisiones que los afectan directamente. Cada vez hay un mayor consenso sobre la idea de que la calidad de las decisiones concernientes a los niños, ni!1as y adolescentes mejoraría si se tienen en cuenta sus opiniones y experiencias. Niños y niñas deben aprender que tienen derechos, cuáles son y comprender la importancia de respetarlos. El derecho a ser escuchados se extiende a todas las acciones y decisiones que afectan las vidas de los niños, niñas y adolescentes en los distintos ámbitos en que se desenvuelven: la familia, la escuela, sus comunidades e incluso a nivel politico nacional. Esto se aplica a los problemas que afectan a los niños tanto individualmente, como a las decisiones que sobre ellos se toman, como por ejemplo, cuando se encuentran en el proceso de separación de sus padres. Es importante reconocer que muchas áreas de la política pública y la legislación tienen un impacto directo en sus vidas, como lo relacionado con el transporte, la vivienda, el medioambiente, la educación, etc. En consecuencia, es necesario fortalecer las capacidades para comprender las necesidades y derechos de niños, niñas y adolescentes a participar, a ser escuchados y a ser tomados en serio. En tal sentido, la participación infantil exige la construcción de aquellas representaciones de la infancia que la recuperen e incorporen como un legítimo actor social y político. Escuchar las opiniones de los niños no significa simplemente respaldar sus puntos de vista, sino que se trata de entablar con ellos un diálogo y un intercambio que les permita aprender formas constructivas de influir en el mundo que los rodea. La participación alienta a los niños, niñas y adolescemes a asumir responsabilidades cada vez mayores como ciudadanos activos, tolerantes y democráticos. Por último, considerar la participación infantil no significa, bajo ninguna circunstancia, que los adultos quedan exonerados de su responsabilidad con el bienestar, protección y seguridad de los niños, niñas y adolescentes. 202

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