Avances y Transformaciones en la Educación Inicial en Chile: Riesgos y Desafíos de un Derecho Inconcluso
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artículos 28 y 29 de la CDN no sólo instan a garantizar un acceso universal y gratuito a la
educación, como forma de hacer efectivo este derecho, también establecen que a través de ella
se debe “desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del niño hasta
el máximo de sus posibilidades”
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.
Por lo tanto, hacer efectivo el derecho a la educación desde la más temprana edad no es
otra cosa que permitir que cada niño y niña pueda hacer todas las preguntas que considere
relevante, experimente con todas las texturas, aromas y sabores a su alcance, desarrolle su
imaginación y creatividad, tenga la posibilidad de jugar y reír en un espacio de libertad, es-
timulante y protegido, que le permita convertirse en un sujeto consciente de sí mismo, con
identidad y autonomía, y consciente del entorno social y cultural del que participa.
Sinopsis de los avances en políticas de educación inicial
Los primeros avances orientados a fortalecer la educación parvularia en Chile, se remontan
a octubre del año 2001, cuando se publican los resultados de un esfuerzo sin precedentes de
sistematización y organización curricular de la educación parvularia
*
. Las Bases Curriculares
de la Educación Parvularia, elaboradas por el Ministerio de Educación (MINEDUC) tras un
amplio e intenso proceso de participación, significan hasta el presente el principal reconoci-
miento institucional del quehacer pedagógico que históricamente ha desarrollado la educación
parvularia en Chile. Constituyen una herramienta de apoyo a la práctica pedagógica que “ofrece
a las educadoras un conjunto de fundamentos, objetivos de aprendizaje y orientaciones para el
trabajo con niñas y niños”
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. Apoyadas, entre otros soportes, en la evidencia teórica y empírica de
carácter nacional e internacional, las Bases Curriculares se fundan en la convicción que la niñez
temprana es una etapa crítica en el proceso de desarrollo físico, cognitivo, afectivo y social de los
seres humanos. A partir del reconocimiento de los persistentes déficits de cobertura, se establece
que la tarea de la educación inicial es proveer de un espacio y proceso de aprendizaje integral
y de calidad, que desarrolle al máximo las capacidades y potencialidades de cada niña y niño
**
.
No es hasta mediados de la década anterior, sin embargo, cuando se inicia una activa es-
trategia de promoción y fortalecimiento de la educación inicial. En ello, juegan un papel clave
los trabajos realizados por un equipo del MINEDUC que elaboró la “Estrategia Bicentenario
2005-2010 para la Educación Parvularia” (2004), y por el “Consejo Asesor Presidencial para
la Reforma de las Políticas de Infancia” (2006). Ambas iniciativas revelan la criticidad de los
* Durante la década del noventa destacó el Programa MECE-Preescolar, del MINEDUC, orientado a incrementar
la cobertura en sectores rurales y de extrema pobreza urbana y mejorar la calidad del servicio prestado. Mena, I. y
Bellei, C. (1998). Pág. 358
** “A la educación le corresponde proveer de experiencias educativas que permitan a la niña o el niño adquirir los
aprendizajes necesarios, mediante una intervención oportuna, intencionada, pertinente y significativa” (Bases Cu-
rriculares, 2001. Pág. 15)