N. Semillas:
En las Phanerogamas o Spermathophyta, es el embrión en estado de
vida latente, acompañado o no de tejido nutricio y protegido por el
episperma. La semillas precede del rudimento seminal, que experimenta
profundas transformaciones después de fecundada la ovocélula. En las
Gymnospermas las semillas se hallan al descubierto o protegidas por
diversas piezas accesorias, pero en las Angiospermas se encuentran
encerradas en el fruto.
Formación de la semilla:
La formación del embrión suele empezar al alargarse y dividirse
transversalmente la célula que ha de constituirlo. De esta manera se
origina el proembrión por lo regular, la célula terminal de éste, por
divisiones sucesivas origina al propio embrión, al peso que la célula basal
se convierte en suspensor o embrioforo, que participa en la nutrición del
embrión y facilita su penetración en el endosperma, en relación con
factores ecológicos. El desarrollo ulterior del embrión es distinto en las
mono y dicotiledóneas.
El embrión ya constituido se compone, por lo común, del primordio de la
raíz principal, la radícula, así como de los promordios de las raíces
secundarias; de la plúmula, en la que se esboza el diminuto vástago, que
luego se desarrollará por encima de las hojas seminales o cotiledones,
que existen en número de dos en la mayoría de las Dicotiledóneas y de
uno en la mayoría de las Monocotiledóneas. Se llama epicotilo, a la parte
del vástago situado sobre los cotiledones a hipocótilo, a la porte situada
bajo los cotiledones.
Al mismo tiempo que va formándose el embrión, el rudimento seminal se
transforma en semilla. La forma, el tamaño y el número de las semillas
son extraordinariamente variables y dependen en gran parte de
adaptaciones ecológicas. La semilla está rodeado por una envoltura, la
testa, originada por el
t
egumento o los tegumentos y a veces también por
parte de la nucela. El tejido de la nucela suele ser consumido con gran
frecuencia durante la maduración de la semilla o demolido
mecánicamente; en otros casos se convierte en un tejido reservante de
materiales nutricios para el embrión, y entonces se llama perisperma. Con
gran frecuencia tal tejido nutricio procede del núcleo fecundado del saco
embrional y recibe el nombre de endosperma. No raramente las semillas
carecen de uno y de otro, en cuyo caso suelen encontrarse depósitos de
sustancias de reserva en los cotiledones. Las adaptaciones ecológicas
producen numerosas particularidades en la cubierta seminal (pelos y
ensanchamiento en forma de alas como órganos de vuelo; tejidos
jugosos, como media de atraer a los animales; tejidos hinchables,
dispositivos proyectores mecánicos, etc.). En la superficie de las semillas
adviértese con frecuencia la cicatriz que deja el funículo en su punto de
inserción cuando se desprenden; el hilo, cuando el funículo es
concrescente un largo trecho con el rudimento seminal, notase un resalto
alargado, el rafe; finalmente, observándose cojinetes de tejido, que
pueden formarse en torno al micrópilo, y reciben en su conjunto el
nombre de carúncula, o son producidos por el funcículo (estrofíolo) y
realizan diversas funciones ecológicas. Llamándose arilos, ciertas
producciones más o menos desarrolladas que envuelven a menudo gran
parte, de la semilla, cuyo origen se halla en la región de la calaza,
cumple funciones de dispersión o de protección.
7. Formas generales de semillas:
a.
Esféricas
1...,39,40,41,42,43,44,45,46,47,48 50,51,52,53,54