Hacia una historia del ambiente en América Latina: de las culturas aborígenes a la crisis ecológica actual

28 III. LAS ALTAS CULTURAS ABORÍGENES Y EL COMIENZO DE LA ALTERACIÓN DE LOS ECOSISTEMAS LATINOAMERICANOS El tránsito de la sociedad recolectora a la sociedad agrícola –registrado en Europa y Asia en el año 10.000 a.c. y en América hacia el año 4.000 a.c., aproximadamente- significó el comienzo de la alteración de los ecosistemas. La “evolución neolítica” o “la revolución en la producción de alimentos” –como dice Gordon Childe- tuvo una incidencia importante en la producción y consumo de energía. Por primera vez en la historia, el hombre introdujo cambios significativos en los flujos energéticos. El inicio de la producción agrícola permitió cierto control de la trasferencia de energía. El hombre comenzó a ejercer un dominio –aunque relativo- de las cadenas tróficas, aumentando, mediante la domesticación de animales, los consumidores secundarios. El gasto de energía metabolizable, en aquella época, era escaso. Pero el desarrollo de las comunidades agroalfareras significó un aumento en la demanda de productos alimenticios. El hombre descubrió que, a través del proceso agrícola y la domesticación de animales, podía “almacenar energía metabólica” . 21 En este inicio del proceso de control de la energía, las culturas aborígenes agrarias utilizaban como principales fuentes energéticas la quemazón de leña, los instrumentos para aprovechar el viento, la energía animal y humana y, fundamentalmente, el regadío artificial, que fue uno de los primeros manejos de una fuente energética no metabólica. Todas estas fuentes de energía estaban en función del subsistema agrícola. 21 José Balbino León, Elementos para un análisis ecológico de la energía fósil . Caracas, UCV, 1976.

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