Página 112 - Memoria sobre la Araucanía
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cambio
de
misioneros por
incompetncia.
He
aqui
otro
de los
mdios
que
se
han
propuesto
como
mui
a
propsito
para
avanzar
en
el progreso
de las
misiones.
Mas,
(
cualquiera
conocer
que
esta
es
una
mateiia
odiosa,
propia
uni
camente
para
perturbar
la paz, pues
que
su
diseusion
exijiria
descender
a
hajas
personalidades
por
Io
menos
de
corporacion,
sin
siquiera
una
sombra de
bien.
Hablarido
dei
araucano,
cualquiera
cpie
lo
haya
conocido
por
,
mdio dei
trato
frecuente
i
prolongado
con
l
para
convertido,
se
convence
con
toda
evidencia
que
cualquier
sacerdote dei
cle
ro o
secular
o
regular
es
igualmente
idneo
para
acometer
esta
herica
empresa
:
basta
solo
cpie
este
animado
de
aquellas
cua
lidades
i
virtudes
que para
el
desempeio
de
este
apostlico
mi
nistrio
se
requieren
:
arciiente
ceio
por
el bien de
Ias almas
i
aumento
de
la
relijion,
abnegacion,
desprenclimiento,
entu
siasmo
caritativo
i
un
gran
deseo
i
decidida
voluntad
de
consa-
grarse todo
a
la conversion
de los
infieles,
son en
mi
concepto,
las
cnalidacles
i
dotes
principales
que
pueden
ciar
a
conocer
la
vocacion
ai
apostolado:
que
el
misionero
lleve tal
o
cual
hbi
to,
sea
de
esta
o
la
otra
corporacion,
sea
secular
o
regular,
es
cosa
mui accidental i cpie de
ningun
modo
inflnye
sustancial
mente
en
el
progreso cie
las
misiones.
Juzgo
lo
mismo
respecto
de
su
nacionalidad,
puesto
que,
como
debe suponerse de
cier
to,
todos
vau
a
anunciar
una
misma
f,
una.
misma
doctrina,
un
mismo
dogma,
un
mismo
evanjelio,
a un
mismo
Jesucristo
Crucificado
que
se
di
en
rescate
por
todos
los
hombres.
No
s
comprender
pues,
en
cpie
consista
la
mayor
aptitud
de
este
m
dio veidaderamente
singular,
cpie
como
-tan
a
propsito
se
ha
juzgado
para
ver
progresar
las
misiones
en
la
Araucana,
a no
ser
que
se
tuviese
la
peregrina
i
gratuita
pretension
de
creer
que
tal
o
cual
corporacion
era
de
sursum
destinada esclusivamente
ad
hoc
:
i
la Ramo
peregrina
porque
no
solo
es
desconocida,
sino
con
Iraria
a
la historia de
la
iglesia
universal
i
a
la
particular
de
todas
las
ordenes
monsticas,
todas
las
que
se
glorian
de
tener
sus varones
apostlicos
que
en
todos
tiempos,
desde
sus
funda-
