Los Jirondinos chilenos

- 44- ry: ¡tan minucioso es lo que cuenta de todos i de cada nno! Pero anu va todavía mas léjos, porque el poeta pa– sea su 1niracla esct·nbtclora dentro Je ca.da uua ele aq ne · llas frentes impasibles, interviene en lo mas íntimo de aqnellos corazones heróicos, i adivina i sieute i cnenta lo qt1e carla cual de ellos 1nedita o paclece. Así, el jiron– diuo Oarl'a, ya madn1·0 i qne babia escrito algnnos li– bros sobre la Valaqnia i la Moldavia, reconstrnitt, en su pensamiento i en sn prision, al decir del historiador, la carta de Europa; el abate Fanchet se golpeaba el pecho en señal de profnndo arrepentirniento; Brissot pensaba in Dios; Sillery en el clnque de Orleans, i por último Lasource, no pn<liendo hucel' ya otra cosa 1dlu– minaba (son las palabras testnales del libl'o) con los fuegos de S ll arcliente iml:Ljinaciou los abismos de la anarqnia». ( 1) I ni aan en esto se detiene el romancista encantador, qae refiere la::'! crneldades de la historia con la gracia esquisita de la fábnla, porqne con sns propias manos ciñe 11 cada una de 11:1.s víctimas del Te1-ror la mortaja de sn gloria, ayuda a los ejecntores en su ú.l tima faena de pL'eparar los cnellos para la fatal cnchill1L, i a la postre instala a cada cnal pri1norosa1nente eu su atand. Ignal o mayol' inje11io había1nos visto nosotros desplegar eu nnestra niñez a un fabricante de féretros mortnorios, que no era ni historiador ni poeta; porque tenia medi- (1) «Lasource éclarait des feux de son ardente imagination les gouffres de l'anarchie,. Jirondinos, páj. 711. •

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=