Modelo de certificación universitaria en estándares de igualdad de género, sello genera igualdad.

12 dirección de igualdad de género introducción La puesta en marcha de un Sello -como el que emprendió la Universidad de Chile- implica un proceso de trabajo complejo en el que se entrecruzan variables técnicas y políticas. Implica también revisar el actuar de la universidad en el conjunto de dimen- siones que contribuyen al cumplimiento de su misión y visión institucional, superan- do las miradas parciales. Luego de tener claro el fin que se desea alcanzar, es preciso diseñar estrategias, o pla- nes de acción en el lenguaje del Sello , que permitan lograr, en una lógica de procesos, las transformaciones buscadas en los tiempos esperados. De ahí que la implemen- tación del Sello debe seguir de forma recurrente la estructura propia del ciclo de la planificación, es decir, identificación de áreas o dimensiones a intervenir, diagnóstico, y planes de trabajo acordes y coherentes con dichas dimensiones. Al enmarcar este tipo de procesos en una lógica de planificación, es necesario con- tar con un instrumental para realizar el seguimiento y control de gestión, mediante indicadores, metas y medios de verificación. Por eso el Sello debe tener una serie de apoyos e insumos técnicos que aporten sostenibilidad en el tiempo y condiciones de viabilidad para lograr sus objetivos. Al tratarse de una experiencia inédita, no había mayores referentes o modelos orien- tadores, por lo cual hubo que ir construyendo sobre la práctica, generando reflexio- nes en los equipos, comprometiendo voluntades y venciendo resistencias. Si bien la Universidad de Chile logró el reconocimiento en estándares de igualdad de género, es necesario continuar el proceso para consolidar los logros alcanzados y establecer estrategias para escalar en las transformaciones producidas, comprometer a un ma- yor número de actores y poner a disposición de otras universidades un modelo que, aunque perfectible, pueda adaptarse y ser de ayuda para llevar a cabo experiencias similares. Precisamente el sentido de este documento es compartir y transferir la experiencia a otras instituciones de educación superior, para que tomen sus propios caminos y decisiones en torno a esta materia y para que, desde su propio recorrido, puedan ir nutriendo un proceso que aún está en construcción y que, sin duda, convoca a todas y todos quienes forman parte de estas instituciones. La primera parte de este documento comienza con la reflexión respecto de los facto- res que se debieron abordar para el desarrollo del Sello Genera Igualdad , considerando los elementos del contexto universitario. Es un capítulo que responde a la pregunta acerca de cómo transversalizar e institucionalizar la igualdad de género en la educa- ción superior, y analiza el rol que pueden jugar los procesos de certificación, desta- cando sus complejidades y nudos críticos. Si bien el foco está puesto en el caso de la Universidad de Chile, los alcances del análisis superan la experiencia particular de esta casa de estudios. El segundo capítulo presenta aquellos elementos que dan sustento técnico al Sello . En primer término, el diagnóstico que le otorga pertinencia, ya que define los problemas específicos a abordar. Aunque se reporta la realidad particular de una institución es- pecífica, no cabe duda de que pueden existir expresiones compartidas con otras casas de estudio que enfrentan situaciones y problemáticas similares, toda vez que el marco estructural de las desigualdades de género es común. El capítulo despliega también la metodología desarrollada, con sus distintos pasos secuenciales y la matriz final de dimensiones, objetivos y estándares de igualdad que forman parte del modelo.

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