Geotermia en Chile: un siglo de historia para un desarrollo sustentable

35 Geotermia en Chile: un siglo de historia para un desarrollo sustentable. La composición de los paisajes de Antuco, Cauquenes y del Tatio da cuenta de esfuerzos científicos de representación del territorio nacional, asociados a experiencias de descripción, medición e imaginación geoló- gica, que configuraron desde comienzos de la República la representa- ción del territorio nacional. Pero a su vez, esta composición sugiere que diversos actores que aportaron en estos procesos quedaron excluidos e invisibilizados. Este estudio ha querido dejar en evidencia la ausencia de fuentes histo- riográficas que permitan recomponer la interacción que naturalistas pro- venientes de Europa, habilitados por las ciencias disciplinares para inscri- bir sus observaciones, sostuvieron con actores locales (arrieros, indígenas, naturalistas aficionados, etc.). Subrayar estas ausencias es otra forma de acceder a estos paisajes, puesto que, siguiendo los planteamientos de Ste- ven Shapin, esto no solo visibiliza los aportes de intermediarios, asistentes y técnicos, sino que se vuelve fundamental a la hora de comprender la complejidad y diversidad de las prácticas de exploración y estudio de fe- nómenos geológicos en terreno. Hemos visto que la composición de estos paisajes del Chile geotermal está atravesada por el diálogo entre geografías y culturas, manifestándose, en cada caso, la persistencia de las percepciones subjetivas de los agentes que interactúan e inscriben estos paisajes para la historia. Notamos así que la inscripción de emociones, sensibilidades, memorias y experiencias personales está presente en estos primeros relatos y que, con el paso del tiempo, comienza a ser eludida, hasta prácticamente desaparecer de los discursos científicos actuales, en los que se privilegia la encriptación de las observaciones según nomenclaturas disciplinares, con fronteras fijas que aspiran a estabilizar toda dimensión subjetiva del conocimiento científico. Con este trabajo de alcance histórico, quisiéramos invitar a las nuevas generaciones de geólogos y geólogas a explorar los territorios activando esta dimensión subjetiva, a recuperar la tradición narrativa de los explora- dores del pasado, a inscribir sus interacciones con agentes de otras culturas y disciplinas, a retomar la práctica del dibujo o fotografía en terreno, a inscribir sus impresiones para componer paisajes que sean elocuentes para el tiempo actual. Atravesado por un contexto actual de destrucción, este tiempo requie- re una mirada sensible al paisaje, atenta a condiciones sociales y ambien- tales que muchas veces exceden la descripción aislada de los fenómenos geológicos. Hoy, más que nunca, las historias de la naturaleza necesitan ser contadas de nuevas maneras. Desde esta perspectiva, la historia del paisaje geotermal nos invita a reincorporar la experiencia y la diversidad en los relatos de las ciencias.

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