Escritura e inclusión en la universidad: herramientas para docentes

247 P osfacio 2. M etáforas Algunas metáforas captan de buena manera lo que supone hacer una tesis. Entre mis favoritas está la de “ser solista en una coral”. En efecto, doctorarse es como estrenarse como solista ante una audiencia exigen- te. Supone alcanzar un dominio suficiente de la voz, del instrumento musical y del repertorio, saber sincronizarse con las compañeras de la coral o la banda y con el programa musical del concierto. Es una buena manera de entender la relación de la investigadora con su grupo de apo- yo (directora de tesis, comité de supervisión, colegas, doctorandas) en su disciplina. Otra metáfora es la de “avanzar en el camino”. Aquí destaca el carácter social de la tarea, tanto en el sentido de que defender una tesis constitu- ye un paso más en la trayectoria seguida por los trabajos previos como la idea de orientación hacia un fin (el final del camino) que es la resolución de una necesidad relevante de la comunidad. También decimos que lograr el doctorado es como “bautizarse” u obtener un “pasaporte” para entrar en el reino de la ciencia. Me gustan menos estas metáforas religiosas o admi- nistrativas, que enfatizan la “identidad” de la investigadora y su reconoci- miento externo o las “fronteras” exigentes de la comunidad de la ciencia. Más allá de las metáforas, quiero destacar otros rasgos de lo que hoy entendemos por una tesis de doctorado: • Datos empíricos . El núcleo de un primer trabajo de investigación, como suele ser una tesis, es el aporte de datos empíricos originales, desconocidos hasta el momento. Hay “artículos de revisión”, “estados del arte” o manuales que revisan los estudios previos de un campo, sin hacer aportes propios –y que son muy útiles–; pero no son trabajos apropiados para una tesis. También hay editoriales o llamados y avi- sos, publicados en revistas de prestigio, con la intención de orientar la investigación hacia un problema o un campo nuevo, pero se trata de géneros escritos reservados a las líderes de cada campo, que lógi- camente tampoco son apropiados para una tesis. En otras épocas, cuando el acceso a la bibliografía era escaso, cos- toso o imposible (incomprensión de otras lenguas, falta de distribución, etc.), se valoraba la búsqueda, interpretación y síntesis de estudios pre- vios. Eran tesis con centenares de páginas de marco teórico o estado del arte. Esto ha cambiado radicalmente con internet, el open access y la creación de repositorios, bases de datos y etiquetas que permiten a cual- quiera recuperar la bibliografía previa. Más adelante, el caso 8 ilustra este cambio de punto de vista, que todavía confunde a algunas.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=