Escritura e inclusión en la universidad: herramientas para docentes

107 C apítulo 2: ¿C ómo diseñar tareas de escritura ? E scribir y evaluar ... texto, que responderá a un objetivo específico, en el marco de una situa- ción comunicativa determinada, que está dirigido a cierta audiencia (real o imaginada) y que tendrá determinadas características discursivas y tex- tuales, es finalmente un ejemplar (o realización) de un género discursivo. Como la solicitud la realiza un docente, es frecuente concluir que la au- diencia sea, también, el docente, de forma explícita o implícita. Pero no tiene por qué ser así (ver más adelante). Un género discursivo puede definirse como una clase más o menos estable de texto, oral o escrito, que circula en determinadas esferas socia- les, y que es reconocido por las comunidades que hacen uso de él (Bajtín, 2005). Los profesores y profesoras, como miembros de las comunidades disciplinares expertas, están en constante relación con diferentes géne- ros de acuerdo con su área disciplinar: papers , ensayos, informes, entre otros, y poseen un conocimiento práctico de cómo leerlos y elaborarlos, así como de los contextos en los que estos géneros circulan. De hecho, ese conocimiento varía de una disciplina a otra, y es posible que, por ejemplo, una filósofa y una ingeniera eléctrica tengan nociones bastante diferentes de qué es un artículo científico en su ámbito. El conocimiento de las variables contextuales y disciplinares es fun- damental para el manejo de los géneros. No solo permite conocer las ca- racterísticas específicas de distintas clases de textos, sino también las valoraciones que reciben determinados textos en relación con otros. Así, por ejemplo, el género libro científico recibe una valoración distinta en Ciencias sociales y Humanidades, a diferencia de lo que ocurre en Cien- cias exactas y Ciencias naturales. En las primeras, ocupa un lugar jerár- quico central, e incluso existe un género, la reseña de libros, que explica su importancia y valoración. En Ciencias exactas y Ciencias naturales, en cambio, el libro científico ocupa un lugar de menor importancia como espacio de construcción y negociación del conocimiento científico, por lo que suele restringirse a un objetivo pedagógico o normativo, por ejem- plo, en forma de manuales, protocolos o textos de divulgación (Navarro, 2019). Las diferencias entre distintas comunidades y áreas disciplinares tam- bién se manifiestan en las percepciones que tienen las y los estudiantes sobre aquellos géneros considerados como más desafiantes a lo largo de su trayectoria académica. En una investigación realizada con estudian- tes egresados de la Universidad de Chile se observaron importantes di- ferencias en torno a dichas percepciones en relación con las carreras de origen (ver Tabla 2).

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