Los tratados entre la Nación Mapuche y la Corona de España

98 Carlos Contreras Painemal todas las mujeres y niños, de quienes se han servido como de esclavos por espacio de más de cuarenta y tres años. En que no solamente se han hecho fuertes y defendiéndose de las armas españolas del Real ejército que milita en el Estado y castillo de Arauco, y en el campo de San Felipe y fuerte de San Cris- tóbal, Talcamahuida y otros muchos, sin que en tanto tiempo se haya podido restaurar ni una almena, pero en las conti- nuas batallas, corredurías y encuentros que han tenido con nuestro ejército, nos han muerto muchísima gente española, y entre ella mucha nobleza; dejando sembradas las quebradas de sus huesos, y regados los campos con su sangre. Mostrán- dose en todas las ocasiones tan valerosos, intrépidos, astutos y valientes soldados como se ve, pues peleando con armas tan inferiores á las de fuego, de que usa el campo español, ellos solos le han hecho punta en la América, y le han resistido y puesto no pocas veces en cuidado; con admiración de insignes soldados y Capitanes de Flandes que han militado en los chile- nos presidios, y de otros muchos españoles naturales de aquel reino, cuyo valor, hazañas y prodigiosos hechos, piden más larga historia y merecen más delgada pluma, que la mía sólo se ha cortado para dar una breve y concisa noticia de la buena suerte con que ha favorecido el cielo los felices principios del gobierno del marqués de Baides, conde de Pedroso, Presidente de la Real Audiencia de Chile, Gobernador y Capitán general de aquel reino, á quien parece guardó Dios la gloria de su pa- cificación poniendo en su mano la palma que con tanto valor, ánimo, esfuerzo y valentía, pretendieron ver en las suyas sus antecesores. De cuyas relaciones y cartas, y de los padres de

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