Historias de vida de directoras escolares: contexto y voces

58 HISTORIAS DE VIDA DE DIRECTORAS ESCOLARES: CONTEXTO Y VOCES Estando dentro de la carrera se enamoró de la educación. Había averiguado todo sobre cómo cambiarse “por dentro” a Geografía. Debía tener promedio 4.0, tuvo promedio 6,0 y decidió que- darse en la Facultad de Educación, pero cambiarse a la carrera de Pedagogía Básica porque pensó que debido a que la Educación Parvularia no tenía carácter de obligatoria en esa época, podría tener un campo más amplio para el ejercicio de la docencia. Durante todos sus años de carrera hizo muchas ayudantías, con lo que pagaba lo que el crédito universitario no cubría y los materiales. Vivió una vida universitaria plena, participando en todas las actividades que se le presentaban, desde políticas hasta en un coro. Irene relata: “Durante el último año trabajé como ayudante de la Subdirección de Asuntos Estu- diantiles, por lo que no me fue difícil encontrar un trabajo, ya que llegaban muchas peticiones de docentes a esa área de la facultad”. Luego de titularse, en julio de 2004, hizo tres reempla- zos y en noviembre ya tenía listo un contrato para el año 2005. Primeras experiencias pedagógicas Un semestre después de titularse comenzó a estudiar un postítulo en Currículum y Evaluación y al mismo tiempo empezó a trabajar como profesora jefe y docente de Ciencias Sociales y Ciencias Naturales en un colegio privado de una zona muy pudiente de Santiago. Irene, como una recién egresada “exitosa”, fue crítica y, dicho en sus propias palabras, un poco soberbia por lo que no se retiró en buenos términos de ese colegio. Además, la encontraban “muy política”. Todo ello implicó, señala, un tremendo aprendizaje y un “baño de humildad” muy útil para su futuro desarrollo profesional. Durante ese periodo recién había conocido al que hoy en día es su marido y padre de su hija e hijo. Posteriormente trabajó en un colegio básico particular subvencionado como profesora gene- ralista de un tercero básico. Ahí me volví a encantar con mi profesión y con el ‘poder’ de lograr aprendizajes en mis estudiantes. Me comenzó a ir bien y, como había terminado el postítulo, propuse un proyecto de UTP que fue aceptado por Dirección. La jefatura de UTP o coordinación académica del colegio fue muy compleja, principalmente por dos motivos: en primer lugar, Dirección, luego de aceptar el proyecto presentado, comenzó a poner algunas limitaciones respecto de la revisión y acompañamiento en planificaciones y observaciones de clases; en segundo lugar, los colegas hombres estaban en desacuerdo con que yo, que había llegado después que ellos, tomara ese rol. Cabe destacar que sus colegas mujeres nunca se opusieron a sus propuestas y, por el contra- rio, colaboraron activamente con la labor de Irene como coordinadora. Debido a las trabas que Irene detectó, comenzó a buscar nuevos horizontes laborales. Experiencias en la gestión y consolidación como directora Irene postuló a diversas opciones y, luego de un proceso de selección largo y arduo, empezó a trabajar en la Fundación Educacional de Responsabilidad Social de una empresa, Fundación que tiene establecimientos educativos y que se dedica a las asesorías pedagógicas. Me gustó ser jefa de UTP, pero después comencé a hacer una carrera totalmente distinta en la empresa en que trabajé. Fui asesora pedagógica que en el fondo es como ser jefa de UTP, pero externa. Yo acompañaba a profesores, los asesoraba y ahí fue cuando aprendí mucho en técnicas y estrategias.

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