Historias de vida de directoras escolares: contexto y voces

54 HISTORIAS DE VIDA DE DIRECTORAS ESCOLARES: CONTEXTO Y VOCES en diversos talleres, como, por ejemplo, un taller de ballet con la primera bailarina del Teatro Municipal, entre muchas otras experiencias. Y lo más importante: se veían motivados/as por ir a su escuela y aprender. Durante los cinco años que dirigí la Escuela República de Haití, aprendí a liderar un grupo humano, aprendí de la fuerza de la unión de los gremios, aprendí que la confianza se gana con confianza mutua y conocimiento, aprendí que los niños y las niñas solo necesitan creer en sí mismos para ir felices a la escuela, aprendí que el respeto por su cultura de origen es la muestra más importante de amor, aprendí que en educación jamás se debe dejar de aprender, aprendí que el arte y la cultura cambian la vida de las personas sin importar la edad. Paralelamente a sus funciones de directora, Alondra, producto de sus perfeccionamientos y diplomados, asumió un nuevo desafío: ser mentora de directores noveles, desafío que la colmó de nuevas experiencias que contribuyeron a su desarrollo profesional. Cuando, luego de cinco años, terminó su periodo de directora en la Escuela República de Haití, decidió postular a otro cargo directivo en escuela municipal, por lo que participó en un concur- so público que la llevó a asumir la dirección de la Escuela Julio Montt Salamanca de la comuna de Macul, también ubicada en la Región Metropolitana de Santiago. Se encontró allí con un equipo de trabajo que le facilitó su gestión. Eran personas comprometidas con la educación y el bienestar de los niños y las niñas. Llegar a esta nueva escuela fue maravilloso, principalmente por el equipo de trabajo que estaba formado. Yo llegué solo con la jefa técnica, sin embargo, nos conectamos inmediatamente con cada miembro del equipo de gestión. Era muy agradable llegar a trabajar cada día, sentía que teníamosmiradas comunes y nuestro foco estaba alineado en el aprendizaje de los estudiantes. Además, eran personas cariñosas, amables y confiables. Conciliación del trabajo y la vida personal La historia de Alondra se caracteriza por la búsqueda de equilibrar su éxito como profesional con su éxito como madre, lo que ha implicado costos altos en su vida personal. Para mí no había fines de semana ni horarios personales, todo giraba en torno a mi trabajo, perfeccionamiento y maternidad. Si quería aspirar a nuevos desafíos tenía que hacer bien mi trabajo y seguir estudiando, sin dejar de ser madre presente. Tanto en su formación inicial docente como en su formación continua y en su desarrollo laboral se ha caracterizado por ser rigurosa y metódica, lo cual le ha permitido una planificación que la ha llevado a destacarse por ser eficiente en su trabajo y, en general, en todo su quehacer: “Mi trabajo siempre estuvo ‘más que al día’, de hecho, me anticipaba a cualquier requerimiento tanto de las sostenedoras como del Mineduc. Incluso me hacían bromas diciendo que tenía listo hasta los informes y documentación del año siguiente”. Estando en el colegio particular de Pucón y con cargo de dirección, Alondra se casó y tuvo a su segunda hija. En esta época contaba con ayuda en las labores del hogar. Sin embargo, rechazó su descanso prenatal y posnatal, y decidió volver a su trabajo con su pequeña de tan solo cinco días de vida. Contando con el apoyo de las sostenedoras, la niña creció en la sala de profesores, cuidada por una niñera y la sostenedora, pero cerca de su madre y amamantada por ella. Esto solo hasta los dos meses de vida de la pequeña. Luego dejó a su hija en casa al cuidado de una trabajadora de casa particular: “Fue muy difícil dejar a mi pequeña en casa con tan solo dos

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