Historias de vida de directoras escolares: contexto y voces

50 HISTORIAS DE VIDA DE DIRECTORAS ESCOLARES: CONTEXTO Y VOCES En el caso de las mujeres profesionales, se tensiona la respuesta laboral con ser buena esposa y madre. En su trayectoria profesional, Vilma eligió los espacios educativos que la hicieran feliz, que fuesen cada vez más cercanos a su casa y concentró sus horas de trabajo en un solo lugar. Fue escalando en su preparación profesional y cada vez tenía más exigencias. Tomó todas las oportunidades, aunque significara tiempo y esfuerzo adicional. Esta actitud le generaba tener experiencias exitosas, valoración del entorno y fortalecimiento de sus habilidades. En el cami- nar, logró un mayor conocimiento y aceptación de su persona. Por ejemplo, vio que le era más fácil estudiar en la noche: esperaba que la casa estuviera en calma e iniciaba su trabajo. Los fines de semana se regalaba horas para hacer las actividades que le gustaban. Se dio el espa - cio para relajarse sin culpas. Dedicó mucho tiempo a sus hijos, los acompañó en su formación preescolar y básica, algo que mira con orgullo y alegría, pero cree que “ellos pueden decir que estuve al debe, nunca los acompañé en el primer día de clases, a los paseos o actos escolares, por ejemplo”. Sin embargo, esto fue compensado con actividades familiares los fines de sema - na y en la medida en que crecieron, los fue dejando más independientes. Destaca que siempre ha sentido la valoración de su familia por su desempeño profesional y por el permanente pro- ceso de preparación para ser mejor en ese ámbito. De hecho, cuando deja de ser directora y asume como inspectora general, en lo que respecta a la conciliación trabajo-familia, reflexiona: En lo personal, miro toda la entrega realizada y los costos que tuvo en los diferentes momentos de la vida. Uno de mis hijos, cuando supo que no había ganado el concurso [para ser directora] me dijo: ‘Que bueno mamá, pues no tenías vida’. Eso me hizo pensar en cómo compatibilicé la vida familiar y la personal laboral y cómo esta nueva etapa se convierte en un espacio de disfrute y regaloneo personal y familiar. Finalmente, Vilma reflexiona sobre el rol de la mujer en educación y lo ve como un facilitador: Ser mujer en el ámbito de la educación, sobre todo en período de formación de la niñez y la discapacidad, pasa a ser un facilitador más que un obstaculizador para asumir cargos de la gestión institucional. Creo que socialmente se asocia al rol de madre el trabajo con menores. Por otro lado, la concepción de las personas con relación al trabajo profesional con la discapacidad es casi para alcanzar la santidad. Hay un gran desconocimiento del trabajo profesional en esta área y baja valoración de los esfuerzos familiares y de los estudiantes para lograr ejecutar sus proyectos de vida.

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