Historias de vida de directoras escolares: contexto y voces

18 HISTORIAS DE VIDA DE DIRECTORAS ESCOLARES: CONTEXTO Y VOCES La llegada de la dictadura, tras el golpe de Estado de 1973, cambió de manera abrupta la situa- ción del sistema educativo y, en consecuencia, la de los/as docentes y directores/as escolares. En el campo educativo, es posible distinguir dos momentos durante el periodo dictatorial. En una primera fase, entre 1973 y 1981, antes de la municipalización, si bien se mantuvo la de- pendencia estatal de los centros escolares, el régimen militar impuso un fuerte control sobre el sistema, lo que significó la persecución política a docentes y directores/as, la censura de contenidos curriculares, el autoritarismo reflejado en metodologías y prácticas de convivencia escolar y, en general, la pérdida de autonomía de los establecimientos educacionales y de los/as docentes. Esta situación impactó directamente a los/as directores/as pues una gran cantidad debió abandonar sus cargos siendo reemplazados/as por personas con afinidad po - lítica al régimen. La segunda fase corresponde a la década del 80 y se caracterizó por la municipalización de toda la educación escolar pública y la creciente privatización impulsada por un régimen de financiamiento (subvenciones por asistencia) que fomentaba la competencia y perjudicaba la naciente educación municipal. Esta política provocó, además del deterioro de la calidad, una severa precariedad docente reflejada en disminución de las remuneraciones, pérdida de beneficios conquistados por los gremios del magisterio e inestabilidad laboral. En cuanto a los/as docentes directivos/as, estos/as pasan a depender de los alcaldes designados por el gobierno central quedando sometidos/as a un estricto control por parte de dichas autoridades comunales. En esos tiempos los cargos directivos en la sociedad estaban reservados para los hombres y esto también se vio reflejado en la gran mayoría de las designaciones alcaldicias para directores escolares. Primera fase (1991-2004): los/as directores/as escolares en el marco del Estatuto Docente A partir de 1990, con la recuperación de la democracia en Chile, se inicia una nueva era en lo que respecta a las políticas educacionales y, en particular, en aquellas que se refieren al profesorado. El hito clave en esta materia fue la discusión y promulgación del Estatuto de los Profesionales de la Educación, más conocido como Estatuto Docente. Dicho cuerpo legal establece un nuevo estatus para la docencia ya que reconoce su carác- ter profesional. Más allá de las debilidades de la formación inicial docente caracterizada en ese momento por la desregulación de una masiva oferta privada y por el escaso apoyo del Estado a la educación superior pública, los/as docentes recuperan, a través del mencionado estatuto, muchos de los derechos y beneficios perdidos durante la dictadura: estabilidad labo - ral; mínimos salariales dignos a partir de una Remuneración Básica Mínima Nacional (RBMN); asignaciones por años de experiencia y perfeccionamiento docente; y reconocimiento de su condición profesional. En relación con los/as directores/as y los/as directivas, el Estatuto no contiene una visión clara y renovada, sino que se limita a identificar tres funciones dentro de la docencia: directiva (incluyendo directores/as y otros cargos), técnico-pedagógica y docencia de aula. Para el caso de las dos primeras, se reconoce una asignación especial, de responsabi- lidad directiva y técnico-pedagógica, que permite un incremento sobre la RBMN, sin perjuicio del derecho a percibir otras asignaciones comunes a todos/as los/as docentes. La mayor parte de las normas del Estatuto Docente eran aplicables, y así continúa siéndolo, solo al sector público municipal, si bien algunas normas, como la RBMN, eran también aplica- bles al sector particular subvencionado y otras (por ejemplo, requisitos para ejercer la profe- sión) a todo el sistema educativo, es decir, también a la educación particular pagada.

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