Historias de vida de directoras escolares: contexto y voces

19 HISTORIAS DE VIDA DE DIRECTORAS ESCOLARES: CONTEXTO Y VOCES Dado que el Estatuto Docente no modificó la situación de los/as directores/as designados/as por tiempo indefinido durante la dictadura, estos/as continuaron en sus cargos durante la dé - cada de los noventa, hasta que voluntariamente decidieran retirarse. Esta situación se consti- tuyó en un obstáculo para los planes de mejora escolar dada la falta de legitimidad y de con- fianza de las comunidades educativas, y en particular del profesorado, en sus directores/as. En 1995, se aprobó una modificación del Estatuto que determinaba la obligatoriedad de llamar a concurso para los cargos de directores/as que quedaron vacantes en el sector municipal, aunque quedaron fuera de esta disposición los/as directores/as que conservaban sus cargos desde el periodo de la dictadura (conocidos en el magisterio como “directores vitalicios”). Se establecía, además, un plazo de cinco años de permanencia en el cargo rompiendo así con la tradición de la duración indefinida. Segunda fase (2004-2014): nuevas visiones y políticas de liderazgo directivo A partir de 2004, comienza una nueva etapa en que las políticas educativas incorporan de mane- ra creciente el tema del liderazgo directivo, habida conciencia de la gravitación de los cuerpos directivos en el mejoramiento de los aprendizajes. Es así como, transcurridos más de doce años de vigencia del Estatuto Docente, el Ministerio de Educación comenzó a poner atención, aún de modo incipiente, a la importancia del rol directivo en las políticas públicas y a tener en considera- ción estudios e investigaciones a nivel internacional sobre la importancia del liderazgo educativo para la mejora escolar y los aprendizajes. Esta nueva tendencia se expresa en diferentes políticas, mediante leyes o documentos oficiales orientadores, entre las que cabe mencionar: i) Se reconoce el rol de los/as directores/as como líderes educativos y se establece como foco la conducción del Proyecto Educativo Institucional (PEI) (2004). ii) Se crea un incentivo de postulación voluntaria para equipos directivos: asignación de desempeño colectivo, ADECO (2004). iii) Se elabora el Marco para la Buena Dirección 1 (2005) que más adelante será actualizado (2015). iv) Se extiende la obligatoriedad de concursar los cargos de directores/as para aquellos/as que gozaban de titularidad de tiempo indefinido (vitalicios) para lo cual se establece una gradualidad (2005) 2 . Años más tarde, esta tendencia hacia nuevas concepciones del liderazgo directivo se plasma en la Ley General de Educación (Ley 20.370, 2009) que reemplazó a la Ley Orgánica Constitu- cional de Educación (LOCE) que había sido impuesta por la dictadura y estaba vigente desde 1990 3 . En un artículo referido a derechos y deberes de los distintos integrantes de las comu- nidades educativas, se definen los que corresponden a los equipos directivos. Es significativo, en este sentido, que no se habla solo de los/as directores/as, sino que, al utilizar el concepto de equipo directivo, se recogen las tendencias contemporáneas de un liderazgo colaborativo y distribuido. 1 Cabe recordar que en 2002 se había publicado el Marco para la Buena Enseñanza, referente para la evaluación de los docentes de aula. 2 Este punto, que había sido puesto en discusión por el Colegio de Profesores desde la dictación del Estatuto, solo se logró zanjar en 2005 mediante la Ley 20.006, debido a la protección que la oposición de derecha daba en el Parlamento a los directores designados por la dictadura. 3 La LOCE fue promulgada el 10 de marzo de 1990, el último día del Gobierno de Augusto Pinochet y, dado los altos quorum que se necesitaban para su modificación en el parlamento, solo pudo ser derogada en 2009, en otro escenario político marcado por el movimiento estudiantil secundario de 2006 y la eliminación de los senadores designados.

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