Los cazadores-recolectores y las plantas en Patagonia: perspectivas desde el sitio cueva Baño Nuevo 1, Aisén

62 – los cazadores-recolectores y las plantas en patagonia } Para macro y microrrestos se puede: ~ establecer el origen de la planta, si es nativo/endémico o foráneo; ~ comparar con el catastro de plantas en el entorno del sitio para eva- luar si su depositación es eólica; ~ detectar evidencias de disturbación del sitio; y ~ antecedentes etnográficos del uso de la especie. Estudios arqueobotánicos extrarregionales Un excepcional antecedente del uso de recursos vegetales por parte de grupos ca- zadores-recolectores tempranos es Monte Verde (~14.600 años cal ap; Dillehay 1997; Dillehay et al. 2008), emplazado sobre una terraza fluvial del estero Chin- chihuapi, con acceso a la costa del Pacífico y la Cordillera de los Andes (Dillehay 1997). El conjunto arqueobotánico se compone de diferentes partes de plantas, como tallos, hojas, frutos desecados y carbonizados (Dillehay 1997; Rossen y Ramírez 1997; Dillehay et al. 2008). Las algas identificadas fueron Macrocystis pyrifera, Gigartina, Mazzaella, Sarcothalia crispate, Porphyra sp. y Porphyra co- lumbina (Dillehay et al. 2008). A pesar de no ser un sitio contemporáneo a la ocupación más temprana de Baño Nuevo 1, constituye un antecedente importante en el estudio de cazadores- recolectores, enfatizando el uso de las plantas por estos grupos. Allí se lograron identificar las partes vegetales utilizables de este conjunto de taxa y su uso po- tencial, además de asignar los que están disponibles localmente versus aquellos que son considerados no locales (Rossen y Ramírez 1997). Se logró determinar que los habitantes de Monte Verde explotaron diferentes ambientes al identifi- car plantas de bosques del interior, la costa y áreas de mallines, y se plantea una movilidad por la cuenca del río Maullín (región de Los Lagos) para acceder a los diferentes microzonas o establecer intercambio con otros grupos (Dillehay et al. 2008). Así, no solo se verificó el consumo alimenticio de las plantas, sino que también se destaca el aporte medicinal que tiene un porcentaje importante de ellas (32.9%), además de su uso como materia prima (Rossen y Ramírez 1997). Sobre la base de la evidencia arqueobotánica se estableció la ocurrencia de estadías prolongadas en el sitio por el uso de indicadores de estacionalidad (fru- tos, semillas, algas), además de verificar que la explotación de la costa, comple- mentada con recursos vegetales del interior, sostendría estadías más permanentes en el área. Se postula que los ambientes de pantano se explotaron en verano, por su disponibilidad de recursos vegetales, mientras que en invierno se recurriría a ambientes de mallín y bosque (Rossen y Ramírez 1997; Dillehay et al. 2008).

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