Los cazadores-recolectores y las plantas en Patagonia: perspectivas desde el sitio cueva Baño Nuevo 1, Aisén

42 – los cazadores-recolectores y las plantas en patagonia En momentos posteriores, el rango de movimiento de estos grupos se ciñe a las zonas esteparias y los pisos bajos de la transición bosque/estepa (Reyes et al. 2007b, 2009); ejemplo de ello son las ocupaciones de los sitios Winchester, ~790 años cal ap (Reyes et al. 2007b; Méndez y Reyes 2008), y Appeleg, ~740 años cal ap (Velásquez et al. 2007). Para esta época destaca la aparición de sitios a cielo abierto, evidenciando una mayor variabilidad en el modo de ocupar el espacio. En términos generales, para la cuenca del río Cisnes se ha postulado que los primeros lugares en habitarse corresponderían a los espacios esteparios abiertos y, a partir de ahí, los grupos cazadores-recolectores habrían incursio- nado estacionalmente en los ambientes de transición bosque/estepa y en los bosques siempre-verdes (Reyes et al. 2009). La ocupación de los ambientes boscosos fue menos intensa, a modo de exploración, en el sentido propuesto por Borrero (1989-1990) y con una alta movilidad. Estos campamentos, ori- ginados por ocupaciones efímeras, no serían reocupados en forma sostenida (Reyes et al. 2009). Por otro lado, las ocupaciones humanas de los últimos mil años, en el curso medio e inferior de la vertiente occidental del valle del río Ibáñez, son especial- mente abundantes, considerando tanto las evidencias en superficie como en es- tratigrafía (Mena 1983, 1988-89, 1991, 1999, 2000; Mena y Ocampo 1993; Reyes 2001, 2002; Mena y Lucero 2004); el uso de los ambientes transicionales entre bosque y estepa de la región de Aisén se documenta en este valle con fechas más tempranas. Ejemplo de ello es la cueva Las Guanacas, en el curso bajo del río Ibáñez, cuya primera ocupación data ~6.050 años cal ap (Mena 1983). En el curso medio del río Chacabuco, en tanto, se encuentra el alero Giane- lla (~2.800 años cal ap), que se ubica en un área transicional entre la estepa y el bosque. Este sitio, cuya ocupación corresponde a momentos estivales y dirigida a actividades de caza, además presenta arte rupestre (Fuentes et al. 2012). En el curso superior del río Chacabuco se sitúa el alero Entrada Baker (Mena y Jackson 1991), además de una serie de ocupaciones adscritas principalmente al Holoceno tardío. En esta cuenca se registran mayoritariamente sitios a cielo abierto (Mén- dez y Blanco 2001; Méndez et al. 2004), principalmente tardíos. Se detecta que baja la densidad de sitios de este a oeste, lo cual indicaría hipotéticamente que la ocupación de este valle fue desde la estepa hacia el bosque (Mena y Blanco 2014, Mena et al. 2017). Esto se correlaciona con el hecho que habría una notable au- sencia de registro fúnebre con respecto de la zona adyacente del lado argentino (Goñi et al. 2004; Mena y Blanco 2014, Mena et al. 2017). Es interesante señalar que el registro de arte rupestre se comporta de forma contraria a la densidad de

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