Docencia y desarrollo profesional

72 DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS Autores como Beatrice valos et al . (2010) sostienen que la discusi n sobre si la docencia cum- ple o no con los requisitos de una profesi n ya no es relevante y que, en realidad, lo que hoy provoca tensi n es la percepci n y la valoraci n social que se tiene de la profesi n: Si bien el car cter profesional de la docencia no est en discusi n, el modo como se percibe a los docentes y se valora socialmente su trabajo en muchos sistemas sociales es variable. En cierta medida, esto afecta la forma c mo los docentes se ven a sí mismos y c mo interpretan y ejecutan su trabajo docente (2010, p.235). Junto con lo anterior, se ha avanzado en concordar que la profesi n docente implica un pro- ceso en el que los/as profesionales configuran y/o actualizan sus visiones, herramientas y ac - ciones respecto de su rol. El desarrollo profesional docente entonces es un continuo pese a la tendencia recurrente a diseccionarlo en etapas o ciclos profesionales (como la etapa del/la principiante, o la del/la experto/a). Seg n lo se alado por Christopher Day (1999), el desarrollo profesional corresponde al proceso en que los/as profesores/as, solos/as o con otros/as, revisan, renuevan y desarrollan su com- promiso, como agentes de cambio, con los prop sitos morales de la ense anza. Mediante este proceso adquieren y desarrollan conocimientos, habilidades e inteligencia emocional, esencia- les para un buen pensamiento profesional, la planificación y la práctica con niños, niñas, jóvenes y sus colegas, a lo largo de cada una de las etapas de su vida como docentes. Por lo anterior, el desarrollo profesional docente est estrechamente vinculado con el apren- dizaje profesional continuo. Este incluye todas las experiencias formativas del sujeto, tanto formales como informales, por lo que la continuidad se extiende y amplifica en el tiempo. El aprendizaje profesional formal se desarrolla tanto en la formaci n inicial como en la continua, mientras que el informal no requiere de certificaciones. Este último comprende leer un libro, escuchar a un/a maestro/a u otras instancias que el o la docente emprenden ex profeso para seguir aprendiendo. Ambos tipos de aprendizaje profesional, por lo tanto, son intencionales y conscientes. Diferentes autores (Anijovich et al ., 2009; Ferry, 2008) entre otros concuerdan en se alar que el aprendizaje profesional est entrelazado con los procesos de socializaci n de la docencia, considerando tanto aquellos que tienen lugar en las fases m s tempranas e iniciales en la uni- versidad, como también los que ocurren en los espacios laborales. En este trayecto formativo se incluyen momentos no solo formales de la profesi n, como la formaci n inicial y continua, sino instancias previas no necesariamente formales, como la biografía escolar de las y los do- centes, cuyo impacto se traduce en muchas resistencias y creencias sobre los procesos peda- g gicos. Day (2005) recalca que, en estas instancias, los y las profesores/as aprenden sobre su objeto de saber pedag gico, la diversidad de roles y funciones ajenas a su profesi n que tam- bién deben asumir, el trato con actores institucionales, como pares, autoridades, estudiantes o apoderadas/os y se apropian de la cultura o la norma escolar. Por esta raz n, Ann Lieberman y Lynn Miller (2003) subrayan la relevancia de organizar y gestionar los m ltiples escenarios docentes para el aprendizaje y el desarrollo de la profesi n. El aprendizaje profesional implica entonces participar de un proceso formativo que considera la amplitud de alternativas de aprendizaje que se han esbozado anteriormente. Hoy en día, la formaci n se concibe como un trayecto en que se enlazan experiencias formales e informales del sujeto, con diferentes impactos en la vida profesional. En la literatura especializada se reco- nocen como etapas para este recorrido la biografía escolar, la formaci n inicial, la socializaci n profesional y la formaci n continua.

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