Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]

Algunos materiales para observar relaciones generacionales en el Chile neoliberal – 245 luego de salir de cuarto medio. A su vez, rastreo las “expectativas” que se tiene de y sobre ellos y ellas, es decir, las influencias de las generaciones mayores en aquellas aspiraciones juveniles. A partir de lo anterior, realizo un ejercicio de (re) construcción de este vínculo intergeneracional fijando mi interés en describir y analizar las relaciones de poder-deseo presentes en aquel entramado; en otros términos, establecer los vínculos reales o virtuales que dan vida al entramado intergeneracional entre estudiantes y sus familias. En esta investigación fundamenté mi metodología desde una perspectiva cualitativa compuesta por dos momentos. Primero, a partir de un análisis de contenido (Andréu, 2001) de las lecturas de tres grupos de conversación en que participaron jóvenes de cuarto medio, ubiqué los principales tópicos y no- dos de conversación; lo dicho, lo no dicho, lo que se hace y no hace en su con- texto de enunciación. Siempre teniendo en vista que el discurso/enunciación es la manifestación de una determinada configuración de relaciones de poder que la sustentan (Van Dijk, 1999), busqué aquellos elementos que dibujen y den vida al entramado generacional. Para sustentar lo anterior, en un segundo momento aplico una técnica de análisis estructural del discurso —en adelante aed (Martinic, 1992, 1995, 2006)—. Dada su utilidad, permite un ejercicio de reconstrucción de los hábitos o subjetividades presentes en aquel momento y que fueron relevadas en el texto escrito (la fuente de información). A partir de aquella matriz diferencio entre los discursos juveniles y adultos, aunque siem- pre en diálogo. Desde el punto de vista del aed, la circunstancia del discurso, cualquiera que ella sea, es una ocasión de la puesta en práctica de una distribución implícita que enmarca a la propia enunciación. Por ello, el análisis estructural se dirige a comprender la estructura simbólica y material de aquella distribución. El lugar y lo que tiene lugar en esa faena que modula sujetos. En efecto, para este enfoque, se trata de estudiar cómo el sujeto que habla es, a la vez, hablado por principios simbólicos que organizan su enunciación (Martinic, 1992: 6). Entiendo de este modo que tanto los principios simbólicos como las implicancias materiales, cris- talizadas en signos y contexto, no son otra cosa que el orden social encarnado en cada hablante; es decir, corporeizado en el lenguaje y asimilado a través del acto de habla. En este sentido, se trata de reflexionar sobre aquellos enunciados que, ubicados en su contexto, impliquen la emergencia de relaciones (tensiones, afinidades, etc.) generacionales. Para la elaboración del esquema de aed procedí construyendo las unidades o nodos que organizan los ritmos y significados de la conversación, para com- prender sus relaciones y dinámicas en aquel acontecimiento reflexivo (diálogo)

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