Reforma Agraria chilena: causas, fases y balance

Serie Ciencia Ambiental 28 volución tecnológica que con regularidad se ha venido produciendo, desde la revolu- ción agrícola del Siglo XVII en Europa Occidental. Nunca se les ha venido a la cabeza que una de las causas de que más de la mitad de la población mundial (habitantes en la mayoría de las zonas rurales de los países industrializados) viva en condiciones de horrible miseria se deba a que las revoluciones tecnológicas no han ido acompañadas de los cambios correspondiente en las instituciones sociales”. ¿Qué pasaba en Chile en esos años? ¿Cómo entraba las nuevas tecnologías en el agro? ¿Existían las condiciones para ello? Respuestas a estas preguntas son cruciales cuando se analiza desde el punto de vista técnico-productivo la necesidad de un cam- bio estructural, pues habían pasado una decena de años y poco se podía ver en el país el impacto tecnológico de la revolución verde, no obstante las estrategias de difusión y adopción intensificadas por las empresas trasnacionales. Se ha afirmado, no con poca frecuencia, que la agricultura del país no tenía ni investigación agronómica adecuada, ni cuadros científicos, ni nivel de sus técnicos para absorber con rapidez los mensajes de la revolución verde. Los que sostenían este argumento lo planteaban para descartar que la causa estructural fue el factor refrac- tario al cambio. Ello lleva a analizar la situación científica-tecnológica de Chile en las décadas previas a la Reforma Agraria. Desde Siglo XVIII existía en el país una importante educación agronómica y pre- ocupación por desarrollar la agricultura. El primer Congreso Agrícola de Chile fue organizado y realizado por la Sociedad Nacional de Agricultura en 1876, año que se inauguró el Instituto Agrícola de Chile. En 1915 este instituto pasó a llamarse Institu- to Agronómico de Chile. En las primeras décadas del Siglo XX se crearon las Facul- tades de Agronomía de la Universidad de Chile (primero Facultad de Agronomía y Veterinaria) y de la Universidad Católica. A los números científicos y naturalistas que llegaron de Europa en los siglos XVIII y XIX se sumaron científicos chilenos que fueron enriqueciendo el caudal de conocimientos de los bienes de la naturaleza de Chile. Había conocimiento de sobra para hacer cambios y desarrollar la agricultura. En la década de los 50 del siglo pasado, la Facultad de Agronomía de la Uni- versidad de Chile había habilitado laboratorios y creado su Estación Experimental Agronómica. Allí se realizaron numerosas investigaciones en fruticultura, viticultu- ra, mejoramiento de cultivos de trigo, maíz y otros, y ganadería. Se estudiaba, ente otras investigaciones, fisiología y adaptación de especies y variedades, estado nutriti- vo, podas y raleos, requerimientos de nutrientes en los suelos, sistemas de siembras, épocas de siembra y cosecha, sistemas de riego, análisis foliar, malezas de cultivos, plagas y enfermedades, etc. En 1953 esta facultad inició investigaciones en Zonas Áridas. La Facultad de Agronomía de la Universidad de Chile no estuvo sola, pues la Universidad Católica contribuyó a enriquecer la docencia y expandió paulatinamen-

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