Mejoramiento escolar en acción

16 ella iba impacientándose; el mal comportamiento rápidamente se incremen- taba. En un esfuerzo para disminuir la mala conducta, la profesora intentaba controlarlos cada vez más. El control de la conducta reemplazó al aprendiza- je y el pensamiento/razonamiento como centro de atención. Ángela me dijo que el resto de los profesores en la escuela había aprendido a controlar mejor la conducta, pero que siempre era un conflicto. Visité una segunda vez, cuando Ángela estaba aplicando una simula- ción muy bien planeada que había creado en mi ramo de posgrado. En ella se utilizaba el aprendizaje activo y el representar papeles, y se hacía pensar a los estudiantes sobre el bien y el mal. Al realizarles preguntas complejas, fue par- ticularmente interesante el que la mala conducta de los estudiantes desapa- recía a medida que iban involucrándose en una actividad de aprendizaje que les parecía interesante, desafiante y de un ritmo bastante acelerado. Cuando Ángela y yo conversamos después, le hice ver la relación entre la conducta de sus estudiantes, el desafío intelectual de la clase y la naturaleza de las cosas que esta les permitía hacer. Cuando la enseñanza era de un nivel muy bajo los estudiantes se aburrían e impacientaban. En una comunidad muy pobre los profesores tienden a interpretar ese comportamiento como producto de la falta de interés en la educación y, en consecuencia, se concentran en controlar la conducta. Sin embargo, por el contrario, cuando la enseñanza utiliza los intereses de los estudiantes y los desafía intelectualmente, participan. No cuento esta historia para sugerir que la pedagogía en el aula pue- da compensar las grandes inequidades en cuanto a recursos económicos, sino más bien para sugerir que la educación importa, a pesar de esas inequidades. Los colegas de Ángela no eran necesariamente malos profesores, sino más bien consideraban que era normal que los niños en comunidades vulnerables no llegaran a la escuela preparados para estudiar o interesados en hacerlo como los niños de comunidades más privilegiadas. Por esta razón los pro- fesores daban por descontado que necesitarían concentrarse en controlar la conducta para poder enseñar lo básico. A continuación, después de discutir cuatro posturas pedagógicas en relación con la equidad, considero el poder de la preparación del profesor para apoyar el desarrollo de una postura de equidad que se mantenga cuando los profesores comienzan a enseñar. Luego ilustro algunos tipos de formación Pedagogías de la equidad en la formación de profesores

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=