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115 retrotrae a la unidad perdida, 7 a la superación de nuestra separatidad que ocurrió debido al proceso de individualización. 8 En este sentido, el vino es desde siempre la figura bajo la que se piensa la unión en un sentido muy amplio: unión entre lo masculino y lo femenino que se diluye en el goce erógeno de él, unión entre la pena y la alegría extremas, entre el olvido y la experiencia conmemorativa de los triunfos. Es por ello que los griegos, señala Otto, atribuyeron la condición de creador del vino a Dioniso. 9 En esta divinidad se expresa la dualidad extrema de la humanidad. La felicidad nace de los dolores más terribles. La libertad surge donde las cadenas parecen más indestructibles. El encuentro con otros nace del abandono de la propia personalidad y fundirla en gestualidades que configuran ritos iniciáticos. Pero, esto no implica una experiencia negativa o cristianizada. La confesión y la comunión aquí son mucho más complejas y de muy distinto tono que la experiencia cristiana acerca de ellas. Algo de brutal, de animalidad y pérdida de condición sacra existe en la experiencia de la embriaguez. Vernant se ha referido a esta condición en la figura de la máscara. En lo horroroso de ella aparece la experiencia hierofántica de una figura de la divinidad alejada del cristianismo. No hay posibilidad de orden ni mesura en lo que sale de ella. Hasta el propio rostro de Atenea, la bella diosa del orden, se desfigura y se vuelve una máscara análoga a Gorgo, que ella observa en un espejo de agua. 10 Mario Sobarzo 7. Dionisos es una divinidad con múltiples interpretaciones. Para algunos investigadores era el dios de la transgresión y de la fiesta, del éxtasis y de la locura (Bataille). Otros remarcan las distintas facetas que adquiere de acuerdo a las épocas y lugares en que veamos su culto. Mientras otros han enfatizado el sentido místico de unidad conla propia multiplicidad de una divinidad marcada por la extrañeza, reflejada en el uso de la máscara. 8. Autores como Erich Fromm o Bataille han remarcado este quiebre en la relación con los demás y sus implicancias psicológicas. Para el primero la separatidad es un resabio que surge de la conciencia de sí, debido a las implicancias que tiene asumir nuestra condición única. Mientras para Bataille la homogeneidad que es propia de la naturaleza se ve trastocada con la individualización. Para la descripción de estos procesos véase: Fromm, E. “El Miedo a la Libertad”. Ed. Paidós. Argentina, 1974. Y Bataille, G. “La Conjuración Sagrada. Ensayos 1929 – 1939”. Adriana Hidalgo Editora. Argentina, 2003. Especialmente La estructura psicológica del fascismo . 9. Otto, W. F. “Dioniso. Mito y culto”. Ed. Siruela. España, 2006. Pág. 110: “(…) Si no lo supiéramos, nos parecería natural pensar que el vino entraña los prodigios y el misterio, la infinitud y la fiereza de este dios. (…) Y es que el placer y el dolor, y todas las contradicciones de Dioniso están encerrados en la profunda excitación que se apodera del espíritu cuando aquel se ingiere”. 10. Para la anécdota véase: Vernant, J.P. “La Muerte en los Ojos. Figuras del otro en la antigua Grecia”. Ed. Gedisa. España, 2001. Pág. 76.

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