Cambio climático y desastres naturales : acciones claves para enfrentar las catástrofes en Chile

164 Las nuevas formas de producción forestal, los desastres y el cambio climático. conjunto de entes que participan en un incendio forestal demagnitud y que supone una previa fase la revisión de zonas y áreas, los cursos más probables, y el aprestamiento ordenado de las unidades de com- bate al fuego. Una vez iniciado el incendio la consigna clave es “apa- gar lo más pronto en su comienzo, dificultando su propagación”, lo que supone la existencia de brigadas de combate de enfrentamiento inédito y, las consiguientes prevenciones por si ello no ocurre. Lo clave será siempre el desplazamiento ordenado y coordinado de “brigadas de ataque”, la definición de los puntos de abastecimiento de agua, el aprovisionamiento de combustible y la fina coordina- ción con los aviones. Manteniendo la prioridad por el ataque de las brigadas terrestres, todos los actores claves deben estar finamente coordinados. La unidad de mando única es indispensable. Previa- mente, los protocolos deben establecer las áreas y territorios más crí- ticos de masas boscosas y de probabilidad de siniestros y a quienes corresponden las respectivas responsabilidades, de modo que todos los esfuerzos y despliegues sean eficazmente complementarios. Teóricamente parece bien, pero los incendios de magnitud considera- bles no tienen un desarrollo muy predecible, los vientos pueden cam- biar y la masa de superficie afectada puede verse incrementada en un breve lapso. Para todo ello y para las respuestas que se van requiriendo, de acuerdo a las características de cada siniestro importante, es clave el “comandoúnico en terreno”. EstaUnidad, generalmente deCONAF, dirige el conjunto de las operaciones y va estableciendo las ubicaciones directas de otros actores y el rol de cada cual. La información del desa- rrollo del siniestro se lleva en computadores del centro de mando y es trasmitida al comando de Bomberos, a la instancia de las empresas pri- vadas forestales coordinadas, hacia los equipos y brigadas del Ejército y hacia las otras unidades que participen del operativo. Los incendios de magnitud son en condiciones climáticas críticas, siempre en diferentes geografías y ciertamente la ubicación de un comando central está pensada para grandes magnitudes, como lo fue el incendio de las máquinas en el área de Cauquenes. Una ex- tensión enorme, con focos de incendios de más o menos un cente- nar, y que en catástrofes de tanta gravedad como la vivida en 2017, supone una macro coordinación regional con dirección militar y civil propia de una catástrofe. Allí deberán adoptarse prioridades de combate, distribución óptima del material a tareas de combate, redistribución de las Brigadas y roles específicos para fuerzas de tareas especiales de apoyo. La distribución en los frentes diversos de combate es vital, y estará referida a la movilización pormeno- rizada de las fuerzas de ataques terrestres y aéreos, las evoluciones favorables de los incendios en cada frente, y las exigencias de abas- tecimiento, combustibles y de operación. Estas acciones estratégicas suponen una coordinación superior en- tre los actores institucionales. Por cierto, al interior de las “fuerzas estatales”, que son las instancias de Gobierno con la CONAF a la cabeza, la ONEMI de soporte global de cada emergencia, los Ministerios claves en Infraestructura, Defensa Nacional, Salud, Transportes y Vivienda y la Subsecretaria del Interior. Esta aso- ciatividad pública se complementa con las FFAA y Carabineros, y la operación en el comando central del Estado Mayor Conjunto de la Defensa Nacional. Una estructura pública que se alimenta adicionalmente por Bomberos, Defensa Civil y el conjunto de las instituciones territoriales, léase Gobiernos Regionales y los Muni- cipios. Esta Red Pública es clave en su operación coordinada del territorio, con roles específicos en nuestra geografía diversa, pero sobre todo con dirección estratégica única y coordinación táctica pormenorizada. En desastres territoriales tan extensos, como los megaincendios del 2017, los requerimientos simultáneos eran tan exigentes, que se debieron establecer unidades operativas únicas de ataque a los fuegos, en una muy extensa geografía.

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