La tormenta de fuego y la Nueva Santa Olga

52 Los Megaincendios Forestales y los Esfuerzos Reconstructivos También, lenta pero inexplorablemente se empiezan a acu- mular lecciones. Por qué los planteles están tan cerca de los asentamientos de gente; por qué hay tan poco camino interior para llegar; por qué no programamos medios antes; por qué no formamos más brigadas forestales en el Ejército, y una y otra vez, el Agua. El Agua y Santa Olga, que en el cruce del camino a Empedrado se “encontraron los fuegos”, que era previsible 20 horas antes e inevitable 10 horas antes, que la evacuación y la autoridad prudente del General Iturriaga y su gente. Que poco a poco, sin gran desesperación, pero llenos de angustia, la gente saca lo que queda, increíble sacar fotogra- fías, llevarme los recuerdos todos saben en Santa Olga que no quedará nada, hay que salir rápido, instalarse donde se pueda y volver, eso sí, volver siempre. A los dos días siguientes del desastre total de Santa Olga, el peregrinar de las familias es impresionante, como si nadie pudiera creer qué “bomba cayó” y cómo es posible que no quede nada. Un reportero de la TV habla con la dueña de la “casa milagro”, un milagro en medio del desastre total, humeante, de muros quemados e inestables, donde Ejercito y Carabineros advierte y llevan a la gente al campamento instalado esa carpa enorme de organización y solidaridad, donde se proveerá comida y se reúnen damnifi- cados, periodistas, autoridades, cientos de voluntarios. Todos compartiendo el dolor, organizando el catastro de las familias y finalmente sobreviviendo para la Nueva Vida. Entonces me encuentro con doña Patricia, la presidenta de la Cooperativa que viene con “Salinas” (Roberto Salazar el jefe maulino de la DOH, siempre conocido como “Salinas”) y se comienza a armar un cuento nuevo, se dibuja la esperanza. No tenemos agua, Los Patitos no alcanza, surgen las teorías varias, que “ahora que no hay árboles llegará el agua”, que “no queda otra que traer agua de lejos, que aquí la crisis ya era enorme”, “que no teníamos como defendernos”, que “sale un hilito de agua”. Ese fin de semana llegaron dirigentes de APR de la re- gión de O’Higgins con ayuda material para la gente, bidones y demases hicieron en auscultamiento de los arranques quemados y entorno a la torre de Los Aromos montaron un mini sistema Lecciones del aprendizaje de esta catástrofe.

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