Primer Encuentro de Creación e Investigación: Cruces disciplinarios, problemas y modelos de liminaridad en artes

Constanza Acuña: ¿Ana? ¿Quisieras comentar? Ana Harcha: En el caso nuestro, como grupo, yendo al detalle historiográfico, el primer proyecto surge porque el primer trabajo con las actas de la comisión Ortúzar lo hicimos con un curso de cuarto año del pregrado y había varios ahí que se quedaron entusiasmados con querer conocer más este archivo y de ahí empezamos a imaginar con Mauricio Barría, con Rodrigo Torres, en ese momento Francisco Sanfuentes también, y otras personas más, el proyecto total este de la comisión Ortúzar. Entonces, el primer proyecto, en el fondo, surge de una prueba con los estudiantes respecto de este archivo, cómo usarlo y hacer un acto performativo con eso. En el núcleo han participado estudiantes de la Escuela, sobre todo recién egresados, pero este grupo ha sido cambiante porque después de que egresan empiezan cada vez a trabajar más y se hacen profesionales, entonces cambian las prioridades también. Y, en el último período están también participando también algunos alumnos del Magíster de Dirección, y algunas de esas personas permanecen en el grupo. Eso es, por un lado, como una participación de algunos estudiantes del departamento en el propio trabajo. No es tan fácil porque no les coinciden siempre los horarios y etc. Y, al revés, lo que ha sido es que, yo doy clases en los cursos que tienen que ver con performance en general y hemos compartido algunas de las experiencias, hacer pruebas en relación a este trabajo con los materiales, que puede ser la lana u otra cosa. Es más fácil en los cursos de performance que en los de actuar representando, digamos. Y ahora con la innovación curricular que hubo en teatro estoy haciéndome cargo de un curso que tiene que ver trabajar con otras comunidades, salir afuera, y claramente la experiencia desarrollada por el Núcleo ha facilitado mucho todos esos vínculos con las otras comunidades, u otras experiencias donde se está haciendo un trabajo liminal entre teatro, performance, danza y otro tipo de colectivos o comunidades. Entonces, personalmente estoy guiando un curso ahora que se llama “Prácticas de observación” y vamos a trabajar afuera con otros grupos, gente que trabaja en circo, gente que trabaja en la calle, gente que trabaja en la cárcel, gente que está trabajando con el arte desde otros lugares, ahí, más raritos, buscando hacer unas comunidades de creación que son, por un lado, interdisciplinarias y, por otro lado, junto a colectividades que no son necesariamente artistas. Y todo eso, para mí, es fácil armarlo, creo, por todo el trabajo que he ido desarrollando junto al Núcleo y todos los vínculos que hemos estado haciendo en este proceso desde el 2014 en adelante. Así como muy práctico todo, como lo que cuento ahora. Constanza Acuña: Antonio, Andrés, ¿quisieran contar también de sus experiencias...? Antonio Carvallo: En, no sé, en el aula, bueno, la verdad es que cada profesor tiene una mirada. Pero me da la impresión de que, si compartimos algo, se podría expresar más o menos así: en qué manera, en ámbito musical, que es una experiencia muy particular, existe o no la posibilidad de invisibilizar el recurso, finalmente. Cuando uno hace música de manera más tradicional, a lo mejor, el violín para el violinista es un poco la extensión de sí. Para el pianista lo mismo, ahí hay una relación que es casi de extensión del propio cuerpo si se quiere. Me da la impresión de que la idea para traspasar a los alumnos es que el recurso tecnológico tiene que conversar con uno también con ese grado de fluidez, de qué manera (y, tal vez, Andrés se refería un poco a eso al final de su intervención, me dio la impresión), de qué manera finalmente el recurso está ahí disponible para generar, para poner en obra una idea. Y en ese sentido uno podría pensar perfectamente, siguiendo con la analogía anterior, al computador, al lenguaje de programación, como, de alguna manera, una extensión del propio pensamiento si se quiere. Como un recurso para el pensamiento. Y, me da la impresión que en ámbito musical, de alguna manera, el juego con el alumno podría tener que ver con eso: de qué manera nos hacemos parte de esta relación de manera lo más íntima posible. Andrés Ferrari: Bueno, yo en la Facultad hago clases, en general, de nada que ver con esto, hago clases de armonía tradicional, solfeo, recién este año y el año anterior empecé a trabajar en asignaturas relacionadas con el uso de la tecnología y los recursos. Bueno, en general, como la música es tan abstracta y tan inmaterial, y como los contenidos propuestos a 63 Arte y materialidades, Bloque 2

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